La Haya y Johannesburgo., La nueva variante del Covid-19, ómicron, sigue extendiéndose por todo el mundo, con casos detectados en Países Bajos, Francia, Australia y Canadá, mientras más países intentan aislarse imponiendo restricciones a los viajes.
El presidente de Sudáfrica, Cyril Ramaphosa, sentenció que la nueva variante es una “llamada de atención” para la desigualdad mundial de vacunas. Apenas 10 por ciento de las personas en África han sido inoculadas contra el cornavirus con al menos una dosis, estimó el diario New York Times, en comparación con 62 por ciento de las personas en Europa y 64 por ciento en América del Norte.
En los Países Bajos, las autoridades sanitarias anunciaron ayer que trece pasajeros procedentes de Sudáfrica que dieron positivo por Covid-19 a su llegada a Ámsterdam el viernes portan la variante ómicron.
Y podría haber más casos, ya que, en total, se detectaron 61 positivos.
Israel, donde se confirmó un caso de la mutación, prohibió desde ayer la entrada de extranjeros en su territorio y aprobó una controvertida tecnología para rastrear a las personas que podrían haber contraído el virus.
Dinamarca anunció dos casos de contagiados con la nueva cepa en pasajeros procedentes de Sudáfrica. Francia detectó ocho posibles casos en el país.
Canadá informó sus primeros casos de la nueva variante en dos viajeros que habían estado recientemente en Nigeria.
También se notificaron dos casos en Australia, en dos pasajeros vacunados que volvían del sur de África, y habían llegado a Sídney el mismo día del cierre de las fronteras con nueve países africanos. Doce pasajeros del mismo vuelo están en cuarentena.
Ómicron ya se detectó en Botsuana, Hong Kong y varios países europeos (Bélgica, Austria, Reino Unido, Alemania, Italia y República Checa).
Identificada en Sudáfrica el jueves, decenas de países reaccionaron cerrando sus fronteras con las naciones del sur de África. Angola, Marruecos, Nueva Zelanda, Tailandia, Indonesia, Sri Lanka, Filipinas y Maldivas se unieron ayer a las prohibiciones de vuelo.
“Una carga para la vida y el sustento”
La Organización Mundial de la Salud (OMS) reiteró ayer su llamado a “que las fronteras permanezcan abiertas” y afirmó estar “al lado de los países africanos”.
Exhortó a no imponer restricciones de viaje a las naciones del sur de África debido a preocupaciones por ómicron.
La directora regional de la OMS para África, Matshidiso Moeti, instó a los países a apegarse a la ciencia y a las regulaciones internacionales de salud a fin de evitar las restricciones a los traslados.
“Las restricciones a los viajes pueden contribuir a reducir ligeramente la propagación del Covid-19, pero representan una enorme carga para la vida y la forma de sustento”, dijo Moeti en un comunicado. “Si se implementan restricciones, no deben ser innecesariamente invasivas o intrusivas, y deberían estar fundamentadas en la ciencia, según el Reglamento Sanitario Internacional, el cual es un instrumento del derecho internacional vinculante y reconocido por más de 190 naciones”.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, admitió que “estamos en una carrera contra el reloj” para atajar la nueva variante.
Por otra parte, cerca de 40 mil personas se manifestaron en diferentes ciudades de Austria para protestar por la implantación de la vacunación obligatoria, así como de medidas para el control del coronavirus.
En Praga, República Checa, miles de personas protestaron contra las medidas sanitarias impuestas por sus gobiernos.
Los suizos votaron por el “sí” ayer a la ley que permite instaurar el pasaporte Covid en el país, en plena nueva ola de la pandemia.
Los estadunidenses deben estar preparados para la propagación de la nueva variante, aseveró Anthony Fauci, pero “es demasiado pronto para confinar”.
Los gobiernos occidentales adinerados “prolongarán” la pandemia si no ayudan a otras naciones a aumentar las tasas de vacunación, advirtió una alianza internacional de organizaciones no gubernamentales, organizaciones benéficas y sindicatos, informó The Independent.
Los estados miembros de la OMS llegaron a un consenso tentativo sobre la prevención de futuras pandemias, reduciendo las diferencias entre las partes lideradas por la UE y EU, dijeron diplomáticos.
El saldo mundial por la pandemia es de 261 millones 423 mil 2 contagios y 5 millones 198 mil 984 muertes, de acuerdo con la Universidad Johns Hopkins.