El presidente de Perú, Pedro Castillo, se deslindó “de cualquier acto de corrupción”, en medio del escándalo político desatado tras conocerse sus reuniones secretas en la casa del pasaje Sarratera, en Breña.
Acompañado por los miembros de su gabinete, Castillo afirmó, en un mensaje a la nación, que las reuniones oficiales “únicamente” se realizan en Palacio de Gobierno y señaló que, en su domicilio, de Breña, se desarrollan visitas de carácter personal y que no favorecen a ningún interés privado.
Sus reuniones secretas en Breña generaron no solo cuestionamientos a su incumplimiento a las normas de transparencia, sino pedidos de información y acciones de control por parte de la Procuraduría y la Contraloría