Barcelona. El jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, lamentó este lunes el uso de migrantes como "armas" contra la Unión Europea, en alusión a la reciente crisis migratoria en la frontera de Bielorrusia.
"Muchos de ustedes han sido de gran ayuda para frenar este flujo de gente que estaba siendo usada como una bala contra las fronteras europeas. Fueron usados como armas", dijo Borrell.
De este modo, el diplomático daba las gracias a los vecinos mediterráneos del bloque por su solidaridad ante la crisis en Bielorrusia, durante la apertura del sexto foro regional de la Unión por el Mediterráneo (UpM) celebrado en Barcelona.
"No podemos permitir que pasen esas cosas", agregó Borrell, ante las delegaciones de los 42 países de la UPM, una veintena de los cuales estuvieron representados por sus ministros de Exteriores.
Desde este verano, miles de personas, principalmente de Oriente Medio, se encuentran bloqueadas en la frontera entre Bielorrusia y Polonia.
Según medios polacos, al menos doce de ellas habrían muerto a ambos lados de la frontera.
Occidente acusa al gobierno de Bielorrusia de haber provocado esta crisis migratoria en represalia por las sanciones impuestas contra el Ejecutivo de Alexander Lukashenko debido a la represión de manifestaciones.
Bielorrusia lo niega y critica a los países de la Unión Europea por no atender a los migrantes.
La cuestión de los flujos migratorios, especialmente en la sensible zona mediterránea, estuvo muy presente durante la reunión de la UPM, encabezada por Borrell y por el ministro jordano de Exteriores, Ayman Safadi, copresidentes del foro regional.
"Los refugiados no deben convertirse en las víctimas olvidadas de la tragedia en Siria. El apoyo internacional a los refugiados está cayendo, y el peso en los países de acogida está creciendo", alertó Safadi recordando que Jordania alberga 1,3 millones de refugiados sirios.
"Es una situación inaceptable con serias repercusiones", subrayó.
Quienes no estuvieron en la reunión de Barcelona, que este año batió su récord de presencia, fueron los ministros de Marruecos y Argelia, países que atraviesan un momento diplomático muy delicado. Ambos enviaron representantes de menor escalafón, pero su ausencia no inquietó al jefe de la diplomacia española, anfitrión de la reunión.
"Argelia y Marruecos han estado extraordinariamente representados y han participado muy activamente en la reunión de hoy", defendió José Manuel Albares.
Centrada en la cooperación, la UPM acostumbra a terminar sus reuniones sin declaraciones finales.
Forman parte de la organización los 27 integrantes de la Unión Europea, además de 15 países del sur y el este del Mediterráneo.