Ciudad de México. Enclavada en lo que fue suelo de conservación en Xochimilco, la colonia Santa Inés es uno de los 70 polígonos de mayor vulnerabilidad identificados por el Gobierno de la Ciudad de México. Se trata de un asentamiento irregular establecido hace 25 años, cuyos habitantes carecen de drenaje –sólo cuentan con fosa séptica–, el agua la reciben mediante pipas por las que pagan 700 pesos y para tener electricidad se cuelgan de la infraestructura que la Comisión Federal de Electricidad ha comenzado a instalar.
A diferencia de otros asentamientos, la zona no fue invadida, sino que los mismos comuneros vendieron sus tierras, en las que incluso hoy día, a pesar de las carencias referidas, se continúa construyendo vivienda.
Aunado a ello, la inseguridad, el consumo de drogas y la deserción escolar son parte de la problemática que se vive en la zona, motivo por el cual el gobierno capitalino lleva a esta zona la estrategia Barrio Adentro y se visita casa por casa con el propósito de incorporar a la población a los programas sociales locales, muchos de los cuales desconocen.
El panorama que se observa en Santa Inés son calles sin pavimentar, decenas de casas a medio construir –unas más avanzadas que otras– que empezaron a edificarse poco a poco, en algunos casos desde hace 20 años, como es el caso de la señora Socorro Castillo, que compró un terreno en la calle Olivos, y “como pude la fui construyendo (su casa), pero la verdad es que desde hace tiempo la tengo en obra negra”.
Ella es una de las miles de personas que se han visto en la necesidad de buscar en la periferia de la ciudad la posibilidad de hacerse de una vivienda propia que no fuera tan cara y no tener que pagar renta, aunque su mayor preocupación es que no se les ha otorgado el uso de suelo que le dé certeza jurídica sobre su propiedad; aunado a la falta de drenaje, por lo que tienen que usar fosa séptica.
Otra preocupación que tienen los vecinos es la inseguridad, debido a los asaltos a personas y robos a casa habitación, que se agravan por la falta de vigilancia policiaca y la nula respuesta a los llamados de auxilio, afirmó Daniel Santiago.
Pese a esta situación, a Santa Inés siguen llegando personas, ya sea comprando un terreno o a rentar, como es el caso de Sara, quien llegó a la colonia hace ocho años. Ella paga mil pesos de renta mensual por un cuarto y cocina en el que viven cinco personas.
Promesas incumplidas
Alejandría Pascual, adulta mayor, narra que uno de sus hijos compró hace cinco años un terreno a plazos en Santa Inés, tiempo en el que sólo ha construido un cuarto con cocina, en el que viven siete personas. “Tenemos muchísimos problemas de agua, cada 15 días pagamos 700 pesos por una pipa”, cuenta la señora, quien recuerda que las autoridades les prometieron polines y láminas para su casa, que no han llegado.
Así, mientras algunas viviendas no terminan de construirse, se pudo observar también un cuarto con techo de lona. En otros puntos se continúa construyendo o se está en el proceso de lotificación de terrenos en lo que fue suelo de conservación.
Aunado a ello, según el diagnóstico realizado por el área de Participación Ciudadana en Santa Inés, la principal problemática es el consumo de sustancias tóxicas, que los niños no llegan a la escuela y si lo hacen se quedan hasta la secundaria, pues tienen que trabajar para ayudar a la familia.
Otra es la falta de infraestructura y servicios básicos, y aunque la mayoría de las personas consultadas dicen que si tienen agua y luz, el problema es que muchos “normalizan esas condiciones”, señala Mariana, asesora del programa Barrio Adentro, quien destacó que la principal ventaja de esa estrategia es que se llevan los programas sociales del gobierno de la ciudad a las comunidades.
De los recorridos de Barrio Adentro, en los que participan titulares de dependencias capitalinas como la directora del Instituto de la Juventud, Beatriz Olivares Pinal, o del DIF local, Esthela Damián Peralta, esta última destacó que se ha logrado, por ejemplo, ayudar a 3 mil jóvenes que hoy día forman parte del programa Jóvenes unen al Barrio.
Subrayó que se han recorrido 39 de los 70 polígonos de mayor vulnerabilidad con la participación de las áreas de bienestar de todas la dependencia de la administración para combatir las causas de la inseguridad y buscar a los niños y jóvenes que dejaron sus estudios por problemas de adicción, así como combatir las desigualdes que aquejan a esas zonas.