La pandemia de Covid-19 ha tenido “múltiples efectos en las comunidades escolares, desde deserción escolar de alumnos que no hemos podido localizar para confirmar su baja escolar y que impacta a todas las escuelas con al menos dos o tres casos por plantel, o los educandos que se han vuelto irregulares, ya que perdieron a uno o ambos padres, o a sus abuelos, que eran quienes los cuidaban”, afirmaron maestros y directores.
Luego de que la Secretaría de Educación Pública (SEP) diera a conocer que se ha detectado el abandono escolar de al menos 116 mil alumnos de educación básica, sin especificar nivel educativo, varios educadores y directores señalaron que la cifra oficial “se queda corta frente a lo que estamos detectando en las escuelas”.
Francisco Bravo, director de la primaria Leonardo Bravo, en la Ciudad de México, indicó que en su plantel “tenemos detectados tres casos de estudiantes que ya no asisten a clases ni virtuales. Por terceras personas, obtuvimos datos de que se fueron a vivir a otro estado, pero no lo podemos confirmar”.
Destacó que respecto de la sesión del Consejo Técnico Escolar del pasado viernes, “lamentamos que en el mensaje de la secretaria de Educación Pública, Delfina Gómez, no existiera ni una mención a lo que realmente estamos enfrentando en los centros escolares, como la deserción de los estudiantes, pero sobre todo el atraso escolar, que es profundo”.
Los académicos confirmaron que la SEP no ha implementado una “estrategia para atender los casos de deserción escolar, y que seguramente son muchos más que los 116 mil casos detectados por las autoridades educativas, pues en los planteles se reportan hasta cuatro casos de estudiantes a los que no se ha podido localizar para confirmar su baja escolar”.
Rechazaron también las cifras oficiales de que 22 millones de alumnos de prescolar, primaria y secundaria (de una matrícula de más de 25 millones) acuden a clases presenciales en 187 mil escuelas.
“La estadística que da la SEP sobre los planteles reabiertos es relativa, ya que no aclara que hay muchos planteles abiertos, pero no asisten alumnos, pues se sigue trabajando en línea y con materiales impresos llamados cuadernillos”, señaló Bravo.
A ello se suma, afirmaron otros maestros, que “muchos padres aún se resisten a enviar de forma cotidiana a sus hijos a las aulas, así que se trabaja por medio de tareas y actividades que se revisan cada 15 días, por lo que también existe un rechazo a aplicar los mecanismos de evaluación propuestos por la SEP, que no considera las múltiples condiciones en que seguimos atendiendo a miles de estudiantes”.