La bailaora, coreógrafa, aficionada y promotora cultural taurina Rocío Ortas, celebra el próximo jueves 2 de diciembre el sexto aniversario del Colectivo con Arte Taurino, fructífero proyecto que ha sabido conjuntar varias artes para fortalecimiento del arte y promoción de la magia del toreo.
La reaparición del colectivo es de lujo ya que, como es costumbre, ofrece un cartel de máxima categoría que incluye una rica exposición de fotografía y pintura, un reconocimiento a la trayectoria del cronista, fotógrafo, pintor y editor Alfredo Flórez (con zeta), un merecido homenaje a la fotógrafa taurina Lizi García, la rifa de una obra de la pintora Marusia Katya y la actuación del espléndido grupo Flamenco con Solera, que presenta Canasta de flores, un recorrido emocional por medio de los matices del flamenco por tangos. También exponen Gabriela Ferrer, Mundo Toca, Óscar Mir, Escamillo y, faltaba más, el maestro Antonio Rodríguez, rebosante de sencillez y de colores.
Esta celebración-homenaje del próximo jueves se llevará a cabo en el Cortijo Miguel Ortas, de Bulevar López Mateos 7, en Atizapán de Zaragoza, a partir de las 18 horas. El cupo es limitado por lo que hay una preventa en el 55 35 03 65 11. El donativo por persona es de 250 pesos, que incluye copa de clericó y tapa del sabroso restorán El Petiso, propiedad del matador Ricardo Adrián.
Alberto Preciado Meléndez (San Luis Potosí, 28 de agosto de 1949-22 de noviembre de 2021) niño torero, novillero en sus mocedades, excepcional peón de brega, eficiente banderillero, maestro y apoderado, pero fue sobre todo uno de esos espíritus que, dándose cuenta de las cosas y de las personas, era enemigo de incurrir en estridencias o de violentarlas. Tenía como principio, no como muletilla ostentosa, la sencillez, sabedor de que sabía y de que el conocimiento no alardea sino que se demuestra haciendo, como lo hizo a lo largo de cuatro décadas en los ruedos de México y el mundo, tanto a las órdenes de figuras del toreo como de diestros modestos o de principiantes. Con sobria eficacia lidió con hombres y bestias, y pudiendo haberse pronunciado en más de un sentido a lo largo de su brillante carrera, optó por la discreción y el apoyo puntual. Su sencillo y reiterado talento contrastó con el alarde hueco de los poderosos. Ése fue su ejemplo y ése es su difícil legado.
Varios mensajes han llegado con motivo de la reapertura de la Plaza México, algunos impublicables y otros de obligada difusión, entre estos y con autorización de quienes los firman, los siguientes: “Nadie podrá reactivar la fiesta si antes no reactivan su imaginación con algo más que venta de comida y bebida”, Alejandro Roa. “Prefirieron meter a un rejoneador sin alternativa que otorgársela a quien se la ha ganado a ley, como Joaquín Gallo, pero como se negó a hacerle el juego a lo de ‘México busca un torero’, la empresa lo castigó”, Elba Segura. “Para la próxima kermés taurina el personal se truena los dedos especulando cuál será la bonita sorpresa que nos tienen preparada para meter más gente a los tendidos: ¿tequila en vez de vodka?, ¿volverá la santísima procesión de la otra noche pero ahora con curas y obispos ataviados en tanga con los colores de la divisa? Porque de atractivos, mejoras o sorpresas en el ruedo no se espera otra cosa que el mismo ganado de ganaderos afiliados al clan, pesado en la misma báscula que le aumentó cien kilos a los toretes de San Diego de los Padres”, Armando Moncada. “Gracias empresa por permitirnos aplaudir de nuevo el arte del toreo”, Coral Ruiz.