París. Francia inducirá a Josephine Baker, la bailarina de cabaret nacida en Missouri que fungió como espía francesa en la Segunda Guerra Mundial y fue defensora de los derechos civiles, al Panteón de París, lo que la convierte en la primera mujer de raza negra en ser honrada en el lugar de descanso final de las luminarias más veneradas de Francia.
El martes, un ataúd con tierra de Estados Unidos, Francia y Mónaco, sitios en los que Baker dejó su marca, será depositado dentro del monumento abovedado del Panteón con vistas a París. Su cuerpo se quedará en Mónaco, a petición de su familia.
El presidente francés Emmanuel Macron fue quien decidió que fuera inducida al Panteón, respondiendo a una solicitud. Además de honrar a una figura excepcional de la historia francesa, la acción está dirigida a enviar un mensaje contra el racismo y celebrar las conexiones entre Estados Unidos y Francia.
“Ella representa, antes que nada, la libertad de las mujeres”, comentó Laurent Kupferman, autor de la solicitud, a The Associated Press.
Baker nació en 1906 en San Luis Missouri. A los 19 años, y habiéndose divorciado en dos ocasiones, tenido relaciones con hombres y mujeres, y empezado con su carrera de bailarina, se mudó a Francia por una oportunidad de trabajo.
“Llega a Francia en 1925, como una mujer emancipada, tomando las riendas de su vida, a un país del que ni siquiera habla el idioma”, dijo Kupferman.
De inmediato empezó a tener éxito en el escenario del Teatro de los Campos Elíseos, donde apareció topless y con el famoso cinturón de plátano. Su espectáculo, que encarnaba los estereotipos racistas de la época colonial sobre las mujeres africanas, provocó tanto condenas como elogios.
Después de eso, la carrera de Baker tomo un giro más serio, luego de que aprendió a hablar cinco idiomas y empezó a viajar a nivel internacional.