“Abrir la puerta” a algún tipo de ordenación femenina en la Iglesia católica es un “camino equivocado, que no respeta la peculiaridad de la mujer”, consideró el cardenal Marc Ouellet, prefecto de la Congregación para los Obispos del Vaticano.
En conferencia de prensa en la primera Asamblea Eclesial de América Latina y el Caribe, declaró que de acuerdo a sus “carismas” ellas pueden ocupar diversos cargos en la Iglesia, pero, a su parecer, debe excluir el sacerdocio; ni siquiera lo vio como una opción para paliar la escasez de vocaciones religiosas masculinas.
“La mujer es extraordinaria catequista, puede ser canciller de una diócesis, abogada en ciertas causas, participar en la comunicación, en la administración, tener posiciones muy importantes en una diócesis, en parroquias. Los carismas de la mujer son múltiples y hay que abrir reconocimiento completo, sin pretender que va a comenzar a tener todo el espacio en la Iglesia si se ordena sacerdote.”
El funcionario vaticano recordó que en la Congregación de la Doctrina de Fe hay una comisión de trabajo para analizar la posibilidad del diaconado femenino, lo cual se realiza a “petición del papa Francisco”, pero insistió en que “personalmente pienso que hay que potenciar sobre todo los carismas. El camino no es igualar completamente a nivel ministerial al hombre y a la mujer, porque hay una importancia simbólica en los papeles sacramentales”.
Sostuvo que al ser Jesús un hombre, sus sucesores también deben serlo. “Cristo es un hombre, la iglesia es femenina, Cristo es un hombre, el sacerdote que debe representar a Cristo debe tener como una coherencia semántica o simbólica, y ésa es la razón por la cual el ministerio de representación de Cristo es reservado a un hombre, eso es un poco evidente”.
En contraparte, Lisandra María Chaves Leiva, secretaria ejecutiva en la Comisión Nacional de Comunicación de la Conferencia Episcopal de Costa Rica, destacó que las mujeres no deben ser “siervas del clericalismo” y deben desempeñar cargos de decisión en la Iglesia.
“Como ha dicho el papa Francisco no hemos jugado un rol de liderazgo en la agrupación, y es momento, después de esta asamblea eclesial, de que las mujeres podamos tomar esos roles, y por supuesto debemos tener la preparación”. La también integrante de la Comisión Nacional contra Abusos y para la Protección de Menores y Adultos en Vulnerabilidad sostuvo que cada vez hay más conciencia del “daño” que genera el “clericalismo” y destacó la urgencia de que “la mujer participe, y se involucre” en las comisiones nacionales de prevención y en contra de la pederastia clerical, así como las laicas. No debe ser el clero el que participe, porque eso abona al encubrimiento; “eso se presta a que se tapen delitos”.