Moscú. El presidente bielorruso, Alexandr Lukashenko, prometió ayer a los migrantes bloqueados en la frontera con Polonia que no los retendrá por la fuerza si quieren llegar a Europa y pidió a Alemania que los acoja, al apuntar que “2 mil personas no son un gran problema” para el país con más población de la Unión Europea.
“También hay que entender que no podemos iniciar una guerra para abrir un corredor a través de Polonia hasta Alemania. Ya ven cómo responden, les lanzan granadas y gases lacrimógenos. Se han vuelto locos”, señaló Lukashenko a miles de migrantes en Burzgi, cerca de la frontera con Polonia, en referencia a los guardias fronterizos polacos.
“Si algunos de ustedes quieren ir a Occidente, es su derecho. No intentaremos detenerlos, golpearlos, mantenerlos detrás de las alambradas”, comentó Lukashenko.
El mandatario, junto al gobernador de Grodno, Vladimir Karanik, y el jefe de la Comisión de Estado Fronteriza, Antaoli Lappo, supervisaron la distribución de alimentos y ropa abrigadora a quienes optan por permanecer en la zona.
Desde el 8 de noviembre, un gran grupo de personas provenientes en su mayoría del Medio Oriente se encuentran en Bielorrusia cerca de un cruce fronterizo con Polonia, atrapadas entre las fuerzas enfrentadas de los dos países. La mayoría huye de conflictos en sus países, con el objetivo de llegar a Alemania u otros países de Europa Occidental.
El centro de acogida fue abierto de manera temporal la semana pasada, después de que uno de los campamentos fue desmantelado. Unos 2 mil migrantes habían permanecido ahí durante días y bajo temperaturas gélidas con la esperanza de cruzar a Europa. El gesto fue percibido por occidente como un intento de Bielorrusia de apaciguar la situación.
“Mi tarea es ayudarles a ustedes, gente con problemas”, comentó, y agregó que “nosotros, los bielorrusos y yo mismo, haremos todo lo que ustedes deseen, aunque perjudique a los polacos, letones y quien sea”.
Desde Berlín, Steffen Seibert, vocero del gobierno alemán, rechazó enérgicamente las afirmaciones de Lukashenko de que Alemania había aceptado recibir a 2 mil migrantes, entre ellos los que se encuentran en Bielorrusia. “No es verdad que Alemania acepta esto”, aseveró.
Occidente acusa al gobierno de Bielorrusia de haber provocado esta crisis migratoria en represalia por las sanciones impuestas contra el Ejecutivo de Alexander Lukashenko tras la represión de manifestaciones. Lukashenko niega las acusaciones y critica a los países de la UE por no atender a los migrantes.
La Organización Mundial de la Salud confirmó que llegó a la zona de campamentos asistencia humanitaria para unas 10 mil personas durante tres meses.
En tanto, el Ministerio de Transporte de Irak informó que cientos de sus ciudadanos que se encontraban en la frontera entre Bielorrusia y Polonia fueron repatriados en dos vuelos.
El director general de la aerolínea Iraqi Airways, Abbas Omran, detalló en un comunicado que, según “las directivas del Ministerio de Transporte y tras obtener la aprobación oficial de las autoridades competentes, han despegado dos vuelos desde el Aeropuerto Internacional de Bagdad con destino a Minsk para evacuar a los ciudadanos iraquíes”, según reportó la agencia de noticias NINA.