Madrid. El ex presidente del Comité Olímpico de Brasil (COB), Carlos Arthur Nuzman, fue condenado ayer a casi 31 años de cárcel por su participación en una red de soborno a miembros del Comité Olímpico Internacional (COI) a cambio de votos para elegir a Río de Janeiro como sede de los Juegos de 2016.
Nuzman, así como el ex gobernador de la ciudad brasileña, Sérgio Cabral, en prisión desde 2016, y el ex director del proyecto Río16, Leonardo Gryner, fueron acusados de participar en la entrega de dos millones de dólares al ex presidente de la Federación Internacional de Atletismo, el senegalés Lamine Diack, a cambio de votos para la candidatura carioca, la cual fue elegida en octubre de 2009 al superar a Madrid por una amplia mayoría (66-32).
Según la Fiscalía, el dinero fue facilitado por el empresario Arthur Soares, como parte del soborno acordado para entregárselo a su vez a Cabral, quien fue condenado a 10 años y ocho meses de prisión, mientras Gryner a 13 con 10 meses.
Los tres fueron detenidos en 2017, acusados de asociación para delinquir, corrupción, lavado de capitales y evasión fiscal. Soares, en paradero desconocido, Diack y su hijo, Papa Massata Diack, todavía no han sido juzgados después de que sus demandas fueran rechazadas al vivir fuera de Brasil.
El abogado de la defensa, João Francisco Neto, criticó el fallo del juez Marcelo Bretas, a quien acusó de haber juzgado a Nuzman “por deporte” y “sin pruebas”, por lo que anunció que recurrirá de la sentencia. Su cliente, dijo, “será seguramente exonerado”, pues los tribunales brasileños “no avalarán esta inenarrable violencia legal”.
Si bien Nuzman siempre negó estas acusaciones, Cabral sí reconoció el pago de estos sobornos como parte de un cambio de estrategia en su defensa, después de que en un principio llegara incluso a acusar a la fiscalía de tener “prejuicios raciales” en su contra.