Al parecer, la niebla empieza a levantar en nuestro país. Aunque Austria ha regresado al confinamiento y Alemania está fraguando lo mismo, aquí los espacios todos han reabierto y los clubes de jazz, por supuesto, no son la excepción. Después de año y medio de encierro, donde las sensaciones empezaban a oler a rancio y embotaban la sensibilidad, salir a la luz de la música en vivo es siempre un alivio.
Para nadie ha sido fácil, aunque hay lugares donde la supervivencia era ya de por sí difícil antes de los tiempos del cólera. Los clubes de jazz son de esos sitios… y ahí están, en plena resistencia cultural y económica. Platicamos entonces con los directores artísticos (además de propietarios) de algunos clubes de jazz en este país, para que nos platicaran cómo lograron mantenerse en pie.
Empezamos con Eduardo Díaz Barraza, un pianista educado en la academia clásica; con Lucio Sánchez, contrabajista y cofundador del célebre grupo Orbis Tertius; y con Ernesto Zeivy, un artista plástico de amplia trayectoria. Los tres son heroicos sobrevivientes a las pandémicas (y por momentos patéticas) realidades de estos días. Los tres han reabierto sus foros jazzísticos y aceptaron responder una sola pregunta: ¿Cómo lograron sobrevivir en medio de la pandemia?
Eduardo Díaz Barraza (1er Piso Jazz Club, Pedro Moreno 947-1, colonia Americana, Guadalajara, Jal). Se inauguró el 7 de julio de 2007 y hay jazz en vivo de miércoles a sábado, de 19:30 a 02:00 horas. Informes: 33 3825 7085.
“En realidad, por un lado, fue gracias al apoyo de los amigos, la familia, la gente muy cercana al proyecto 1er Piso. Nos reinventamos: en las mañanas vendíamos cosas de comida… mientras que la licencia del bar estaba totalmente cancelada, porque ningún bar podía abrir debido a la pandemia, vendíamos desayunos, comida para llevar. Y también montamos un bazar de antigüedades. Así salió para pagar sueldos y, sobre todo, para pagar rentas.
“Hasta agosto de este año, que ya pudimos reabrir, dos meses al 40 por ciento, y a partir de octubre estamos al 70. Abrimos con un saxofón solo, Alonso Guerrero, y variamos con dúos, con tríos. Los sábados vienen proyectos más jóvenes; hay cantantes de 19 años; tenemos a la banda Cinnamon Jazz, que son chavitos de 20 a 23 años.”
Lucio Sánchez (Jaco_Jazzy_Café, Zamora 61, colonia Centro, Xalapa, Veracruz). Se inauguró el 20 de junio de 2021 y hay jazz en vivo jueves, viernes y sábado, de las 20 a 22 horas. Informes: 228 230 3937
“La verdad es que ha estado difícil. Vendí mi casa y me compré ésta, que es antigua y muy bonita (atrás hay una concha acústica), y se me ocurrió empezar con algo para los cuates, pusimos una galería donde exhibimos obras de pintores, de ceramistas y de muchos otros artistas que hay por aquí.
“Entonces pusimos un café, con las tapas que aprendí a hacer cuando fui a España, con vino y cerveza, y empezamos a hacer conciertos una vez a la semana. Al principio venía muy poca gente, pero ahora, afortunadamente, todo está cambiando y se nos llena el espacio. En Xalapa hay muchos músicos y muchos artistas.”
Ernesto Zeivy (Zinco Jazz Club, Motolinía 20, Centro Histórico, Ciudad de México). Se inauguró y hay jazz en vivo los miércoles y jueves, de las 20 horas hasta la media noche; y los viernes y sábados, de las 21 a 1 de la mañana. Informes: 55 1131 7760
“Para sobrevivir… tuvimos mucha suerte, porque… teníamos algo de dinero ahorrado, conseguimos un préstamo también, y de esa forma pudimos pagar sueldos; los primeros tres meses pagamos sueldos completos, después el personal aceptó cobrar sólo la mitad, y al final estábamos dando el salario mínimo parejo a todos. Afortunadamente, nuestro casero, que es la Fundación del Centro Histórico, agarró la onda, se dieron cuenta que no iban a poder hacer nada con el local vacío; primero nos cobraban la mitad de la renta y después tuvieron que esperar a que les pudiéramos pagar. Ya estamos casi al corriente.
“Seguimos con los mismos planes y estrategia; tratamos de tener siempre a los mejores músicos y grupos, tanto del talento local como del extranjero que visita México. Y ahí vamos. La gente estaba ávida de que regresara la música en vivo y hemos tenido un buen regreso. Todavía no estamos funcionando con un 50 por ciento de aforo, pero con eso ya vamos jalando, pagando nuestras deudas y programando buen jazz.”
(continuará)