Ciudad de México. El Instituto de Investigaciones Biomédicas (IIB) “es un verdadero baluarte de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), por lo que ha hecho, por su significado actual y sus aportaciones”; sobre todo por su personal académico y estudiantil, afirmó el rector de la máxima casa de estudios, Enrique Graue Wiechers.
En la ceremonia por el 80 aniversario del IIB, subrayó su contribución con la generación de conocimiento durante la crisis sanitaria por Covid-19, “ya sea para comprender la naturaleza y efectos del virus, como para garantizar una vigilancia epidemiológica efectiva o para diseñar soluciones prometedoras para el control de la pandemia”.
También destacó su producción científica de alto nivel, reconocida por sus pares nacionales e internacionales; modelos de docencia y formación de recursos humanos ejemplares; así como capacidad multidisciplinaria para abordar la ciencia básica y la investigación especializada, generando vínculos estrechos con instituciones de salud, la sociedad y el sector empresarial.
De igual manera, la “invaluable contribución al crecimiento y la descentralización de la producción científica en México”.
En la ceremonia se reconoció al investigador emérito de la UNAM, Horacio Merchant Larios, y al investigador emérito del Sistema Nacional de Investigadores, Pablo Pacheco Cabrera, por 60 años de labor académica; así como al investigador emérito de la máxima casa de estudios, Jaime Martuscelli Quintana, por 50 años de trabajo institucional.
La directora del IIB, Imelda López Villaseñor recordó que este Instituto surgió en 1941 en el seno de la Antigua Escuela de Medicina, y actualmente en él laboran más de 180 académicos que forman parte de 75 grupos de investigación ubicados en dos sedes en CU, seis unidades periféricas en Institutos Nacionales de Salud, y dos unidades foráneas, en Xalapa y en Tlaxcala.