El canciller Marcelo Ebrard Casaubón defendió la política de no intervención del gobierno de México. Enfatizó que la atención a la migración y el combate al fentanilo son dos temas en los que se debe poner especial énfasis para aportar soluciones.
Al participar anoche en la asamblea general del Consejo Mexicano de Asuntos Internacionales (Comexi), Ebrard se refirió a la posición de México sobre Cuba y Venezuela. “Muchas veces hay que resistir las presiones (internacionales) inmediatas”, y enfatizó que nada ganaron quienes apoyaron a Juan Guaidó cuando se autoproclamó presidente de Venezuela.
Recordó que en la Cumbre de Montevideo, realizada en febrero de 2019, la Unión Europea reclamó a México por no reconocer al opositor venezolano. El gobierno mexicano asumió su posición por dos razones: el principio constitucional de no intervención y porque consideró que eso no iba a funcionar y sólo promovía la división.
“¿Qué hubiésemos ganado si nos hubiéramos sumado a todos los países que estuvieron en esa estrategia? Nada”. Por el contrario, enfatizó que el país, junto con Noruega, han apostado al diálogo para la solución de lo que sucede en Venezuela.
En cuanto a Cuba, “sanciones van y sanciones vienen y nada pasa, salvo un sufrimiento muy grande para la gente. ¿Por qué México debería cambiar su política de no intervención? ¿Cuál sería la razón? No la veo. ¿Vamos a lograr algo distinto? No”.
Agregó que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador respetará el principio constitucional de no intervención y procurará en éstos y otros casos mantener una influencia política que facilite que haya diálogo, y a partir de éste alcanzar soluciones que no impliquen sufrimiento para los pueblos y violencia para la región.
Ebrard Casaubón, quien estuvo acompañado por el presidente del Comexi, Sergio Alcocer Martínez de Castro, reconoció que el fentanilo se ha convertido en un problema para el país: “Ya tenemos consumidores”.
Aseveró que las políticas de lucha contra las drogas de los presidentes López Obrador y el estadunidense Joe Biden son parecidas y se enfocan en el combate al consumo, por sobre la estrategia de guerra contra los cárteles.
Sobre el tema migratorio, señaló: “Hay un tema demográfico en Estados Unidos: la economía más grande del mundo tiene una tasa de crecimiento (poblacional) decreciente. Su necesidad de personas (trabajadoras) seguirá siendo muy importante. Y eso es un imán muy considerable”.
El vecino del norte necesitará cierto número de personas, explicó, entonces, “¿por qué seguir con un modelo o sistema (migratorio) que se creó el siglo pasado? ¿Por qué no se organiza esto de otra manera? Sí se puede. Podrías establecer las reglas, los requisitos y los tiempos para quienes pretendan trabajar en Estados Unidos”. Calificó de “realismo mágico” pensar que habrá soluciones milagrosas, cuando lo que se debe hacer es resolver la situación de fondo.