Apenas hace unos días, el mar arrojó los cadáveres de 31 migrantes que intentaron cruzar el Canal de la Mancha, en una tragedia que se ha repetido con frecuencia. Una consecuencia inesperada de la tragedia es que la cadena de productos deportivos Decathlon decidió retirar de sus tiendas en el norte de Francia los kayaks, justo porque los migrantes los compraban en su peligroso intento de llegar a Reino Unido.
El último dato lo recuerda el doctor Paolo Pagliai, director del Colegio de Derechos Humanos y Gestión de Paz, y Derecho de la Universidad del Claustro de Sor Juana: “Es un dato que tiene muchos significados y muchos motivos de reflexión sobre el sistema que vivimos. Retirarlos porque serían el medio de transporte de personas desesperadas”.
Pagliai abrió con ese dato su participación en una charla con el título Migración y Protección de Personas Refugiadas, que tuvo lugar en el contexto de la clausura del diplomado que ofrecieron el Claustro y la consultoría MIDEDH con el mismo nombre.
En un apretado y sustancioso recorrido por los dramas de la migración, Pagliai habló de la cifra que paga un migrante a las mafias por subirse a una lancha en el Mediterráneo: “No te embarcas por menos de 7 mil euros. Una familia de cuatro personas necesita 28 mil euros para cruzar el charco, sin ninguna garantía de llegar, sin ninguna garantía de sobrevivir”.
Brincó a la frontera sur de México y una imagen que no puede olvidar: la de una muchacha que se prostituía en la línea por diez pesos, una miserable cantidad de la que además debía deducir una cuota a su explotador. “Lo que cuesta un lápiz en el metro Balderas”.
Fue después hasta la frontera entre Polonia y Bielorrusia: “Por un lado un dictador (Aleksandr Lukashenko) que usa a las personas como arma política y por otro un continente incapaz de acoger al prójimo. Lo único que es capaz de hacer Polonia es construir un muro de alambre de púas”.
Hizo otra parada obligada en la imagen del niño sirio muerto en una playa, Aylan Kurdi, y resumió: “Hoy en día, la violencia que tiene que ver con migración se resume como rechazo”.
Entre los temas que se abordaron en el diplomado están: la migración como problema global, la migración en el contexto del problema del Triángulo Norte, la cooperación mexicana con Centroamérica y los flujos migratorios, la reforma migratoria de EU y la cooperación con México.
Juan Carlos González, egresado de la primera generación de diplomado, resumió sus aprendizajes: “El Claustro y MIDEDH son responsables de que haya podido dar información valiosa a las personas que se ponen en la esquina de mi casa a recolectar dinero para continuar su camino a la frontera; son responsables de que quiera formar parte de una nueva generación de servidores que contribuyan al empoderamiento de los migrantes y la reconquista de su bienestar”.