Ciudad de México. Integrantes de la Brigada “Gilberto Bosques Saldívar” realizaron este viernes una manifestación frente a Palacio Nacional para denunciar la política migratoria del Estado mexicano y el clima de “violencia” que enfrentan los trabajadores internacionales sin documentos por parte de diversos organismos oficiales.
En un pronunciamiento, el colectivo civil indicó que la situación que hoy viven los migrantes en México significa una “crisis” ante la cual el país no tiene una respuesta humanitaria, debido a que las autoridades obedecen “un proyecto geopolítico de control militar, político y estratégico de parte de Estados Unidos” que consiste en frenar como sea el tránsito de las personas en situación de movilidad.
“Lejos de ayudar y acoger a los seres humanos que avanzan desde los países del sur global y que viven situaciones extremas en condiciones precarias, el Gobierno Federal y sus instituciones obstaculizan el recorrido migrante, criminalizan, engañan, discriminan y violentan a las víctimas de desplazamiento forzado, a refugiados económicos y a los exiliados políticos que intentan cruzar el país”, lamentó la Brigada.
En ese marco, recordó que sus integrantes viajaron al estado de Oaxaca los días 11,12, 13 y 14 de noviembre para caminar junto a una de las caravanas migrantes, brindarle apoyo humanitario y documentar las posibles violaciones a los derechos de quienes participan en la caminata.
“Durante los días que acompañamos a la caravana registramos la pesadilla del recorrido en su paso por el Istmo de Tehuantepec, Oaxaca, y pudimos constatar las precarias condiciones del viaje entre las que destacan el hambre, la sed, las altas temperaturas, la enfermedad y la desesperación.
“Confirmamos que en esta caravana hay un gran número de niños, niñas y adolescentes, mujeres, mujeres embarazadas y personas de la comunidad LGBTIQ+, así como personas con discapacidades físicas”, además de familias completas con niños en brazos, menores de edad sin compañía, mujeres solas y madres solteras.
El colectivo recalcó que los migrantes están huyendo de las condiciones de violencia extrema, amenazas y miseria económica en sus países de origen y que decidieron salir de Tapachula tras “esperar infructuosamente por meses una respuesta favorable de las autoridades migratorias mexicanas y, en muchos casos, tras haber sufrido humillaciones, engaños, discriminación y violencia por parte de funcionarios de las instituciones de nuestro país”.
En ese mismo tono, aseguró que hay una “guerra sicológica” en contra de las personas indocumentadas, pues “se fomenta el cansancio y la confusión, se engaña con promesas por parte de las instancias migratorias para separar y dividir al contingente de la caravana, se impide recibir ayuda por parte de la sociedad civil incluido el apoyo de transporte por parte de conductores de trailers vacíos, entre otros”.
En el trayecto de la caravana, deploró, “observamos una eficiente coordinación de diferentes instancias gubernamentales para lograr desgastar y disolver la caravana, tales como la Guardia Nacional, la Policía Estatal y Federal, la Fiscalía, el Instituto Nacional de Migración, el Grupo Beta y la Comisión Nacional de Derechos Humanos”.