En el contexto del Día de Acción de Gracias, en el que los mercados financieros en Estados Unidos permanecieron cerrados, el peso mexicano alargó este jueves su pérdida frente al dólar.
La divisa mexicana se depreció 0.51 por ciento, equivalente a 10.92 centavos, frente a la divisa estadunidense, para cerrar en 21.5564 unidades por dólar espot, su cotización más elevada desde octubre de 2020 (21.6580 unidades). Además, se enfiló a acumular seis sesiones de pérdidas ante el dólar, en las que acumula una depreciación de 4.3 por ciento.
La liquidez en la mayoría de los mercados cayó antes del mediodía, tras el cierre de los mercados en Europa. “Por este motivo, el desempeño del tipo de cambio estuvo relacionado con eventos e indicadores en México”, aseguraron analistas.
La moneda mexicana alargó su racha perdedora pese a la debilidad de la divisa estadunidense a escala mundial, en la que el índice dólar (DXY) retrocedió 0.09 por ciento, a 96.79 puntos. De acuerdo con datos del Banco de México (BdeM), la paridad peso-dólar operó entre un máximo de 21.66 y un mínimo de 21.4990 unidades.
Por la mañana el Inegi divulgó las cifras revisadas del producto interno bruto del tercer trimestre, que mostraron contracción trimestral mayor a la publicada inicialmente, de 0.4 por ciento, lo que elevó moderadamente la percepción de riesgo con respecto a México.
Con el mercado cambiario cerrado en México, las operaciones que se hacen a escala mundial de la divisa mexicana experimentaron una fuerte presión, similar a la que se registró la noche de las elecciones en Estados Unidos en noviembre de 2020, debido a la fuerte aversión al riesgo que la nueva variante sudafricana del coronavirus empezó a generar entre inversionistas asiáticos y africanos, mercados que anoche ya estaban abiertos.
Y es que la comunidad científica califica a esta nueva cepa de altamente preocupante porque aún se desconoce si sus mutaciones son inmunes a las dosis contra el Covid-19, lo que se suma a las inquietudes sobre la recuperación de la economía y sus repercusiones en las cadenas de valor y de logística en puertos.
Tras el nerviosismo que genera esta información, los inversionistas se refugian en instrumentos más seguros, como el dólar, el yen o el franco suizo, así como bonos del Tesoro de Estados Unidos o de Alemania, principalmente, lo que presiona a los tipos de cambio de mercados emergentes como el mexicano.