Un año después de que el arquitecto alemán Walter Gropius fundara en 1919 la Bauhas, escuela de arte y diseño más influyente del siglo pasado, se incorporó como estudiante Josef Albers. Era el de más edad. Allí conoció a Anne Fleishmann, su compañera de vida y obra. Juntos fueron pioneros en varias actividades en la Bauhas.
En 1933, la escuela cerró por el ascenso del régimen nazi. Muchos de sus integrantes emigraron. Josef y Anne entre ellos. Hallaron cobijo en Estados Unidos en un sitio privilegiado que Albers revitalizó como director: la Black Mountain College, en Carolina del Norte, escuela experimental en buena parte basada en los principios de la Bauhas. Por allí pasaron destacados pintores, matemáticos, sociólogos, bailarines, compositores. Dos nombres entre muchos otros: John Cage y Merce Cunningham.
Ahora, el Museo de Arte Moderno de París rinde un merecido homenaje a Josef y Anne, con la exhibición de la obra fundamental de quienes figuran entre los creadores más importantes del siglo pasado. Él como pintor, maestro, fotógrafo y autor de un libro clásico: Interaction of Color, (1963). Ella en la confección de joyas y textiles que incorporan técnicas de pueblos mesoamericanos.
En la exposición se muestra cómo la pareja visitó con frecuencia nuestro país a partir de 1934. Que se fascinó especialmente con la herencia artística que dejaron sus antiguos pobladores. Dos sitios arqueológicos, sus preferidos: Mitla y la gran pirámide de Tenayuca. Anne descubrió la belleza y perfección de las joyas encontradas en una de las tumbas de Monte Albán, las cuales le sirvieron de inspiración para su trabajo de orfebre.
Las formas y el colorido de las paredes de adobe, y el piso de las casas de México, también las plasmó Albers en su serie de pinturas, alejadas del folclor, que llamó Variantes. Además, se comprueba la influencia mutua con contemporáneos de México y América Latina, como Luis Barragán o Carlos Mérida. Y con sus descendientes, los creadores de la escuela geométrica que a mediados del siglo pasado se distanció en México del muralismo y su discurso doctrinario.
Josef y Anne coleccionaron piezas prehispánicas. Las que se exhiben de nuestro país sobresalen por su belleza y son parte del legado que la pareja dejó por medio de una fundación que difunde su obra y apoya especialmente a los grupos humanos más necesitados de África.