Ciudad de México. Entre agosto de 2020 y agosto de 2021, la Defensoría de Derechos Humanos de la Universidad Nacional Autónoma de México ha recibido 245 quejas asociadas a algún tipo de violencia de género, según lo dio a conocer la titular de esa instancia, Divina Fonseca quien señaló que se han incorporado nuevos elementos en el marco que rigen las quejas universitarias para atender este fenómeno. Detalló que sólo el 11.8 por ciento se presentaron a nivel bachillerato, muy bajo dada la proporción que representan en la matrícula.
Durante la inauguración del Primer Congreso Internacional sobre Justicia Universitaria: Genero y Derechos Humanos, el rector de la UNAM, Enrique Graue aseguró que esa institución ha dado “pasos firmes” para prevenir y erradicar la violencia contra las mujeres en los recintos universitarios.
En su oportunidad, el rector de la Universidad Autónoma de Tlaxcala Luis Armando González explicó la experiencia que han tenido para erradicar la violencia de género y que arrojó como resultado el despido de 20 académicos de la Universidad en donde se contaba con las pruebas de que incurrieron en diversas prácticas de hostigamiento o de abuso contra las estudiantes.
Explicó que a partir de que a partir de que comenzaron a presentarse denuncias, en un contexto influenciado por el movimiento Me too, en el seno de la UAT se adoptaron diversas medidas para procesar y atender estas legítimas demandas de las estudiantes. Se detectó que en algunos profesores ya se trataba de un patrón mediante el cual designaban a algunas estudiantes con papeles de jefes de grupo o asistentes, como parte de un proceso que terminaba en ofrecimientos posteriores de relaciones sentimentales.
Destacó que se introdujeron mecanismos legales para dar cauce a procesos administrativos y legales que dieran mayor certeza en el cauce de las quejas y contar con elementos que permitieran esclarecer los hechos, sin afectar carreras académicas de forma innecesaria.
En su oportunidad, el titular del Tribunal Universitario de la UNAM, Eduardo López Betancourt señaló que a partir de que comenzaron a proliferar las “legítimas demandas” de las mujeres en diversos recintos universitarios se firmaron convenios para instrumentar acciones que permitieran procesarlas “para atender las graves y desafortunados eventos donde el hostigamiento, los abusos sexuales y no se diga la despreciable inequidad de género marcaron el cambio de la reacción universitaria”.