La elevada inflación es uno de los dos principales riesgos para enfrentar el retiro, pues puede mermar de manera importante las pensiones de los jubilados, advirtió Sébastien Page, director global de T. Rowe Price.
Al participar en el Encuentro Digital 2021, organizado por la Asociación Mexicana de Administradoras de Fondos para el Retiro (Amafore), el experto de la firma global de inversiones indicó que el otro riesgo es la longevidad de las personas.
Page indicó que sin duda es bueno que la gente viva cada día más, pero por lo mismo es importante lograr que el dinero dure ese tiempo adicional, lo cual está en riesgo latente por la inflación, es decir, el encarecimiento de los precios.
La advertencia del especialista del fondo de inversión se da en un momento en el que el Instituto Nacional de Estadística y Geografía informó que la inflación de México cerró la primera quincena de noviembre en 7.05 por ciento anual.
Para Page, tanto la mayor longevidad como la inflación son dos factores clave que deben tomarse en cuenta para la planificación del futuro de los pensionados, pues la idea del retiro es mantener el estilo de vida.
Explicó que en términos del mercado mexicano, el promedio de expectativa de vida es de 75 años y que, a su consideración, esto ha permeado en la población que deja de considerar a la inflación como un riesgo importante.
A manera de ejemplo, resaltó que un incremento en la inflación de 3 por ciento implica que se debe tener un ingreso 143 por ciento mayor al actual para poder mantener el estilo de vida actual.
“Siempre hablamos de riesgos de perder dinero en los mercados, pero hay más factores que debemos tomar en cuenta.”
Intervención del gobierno
En el mismo evento, Christopher Pissarides, ganador del Premio Nobel de Economía en 2010, enfatizó en que el desarrollo sostenido, la educación, la capacitación, así como proveer servicios de salud y regulación de tecnología requiere de un papel más grande de los gobiernos.
En este sentido, indicó que el gasto social de los gobiernos debe concentrarse en dar apoyos básicos para evitar la pobreza, preferentemente proveyendo buenos servicios, como una pensión no contributiva básica suplementada por una contributiva, servicios de salud, servicios de cuidado para la infancia y la tercera edad, así como transferencias para grupos en necesidad, como discapacitados y familias numerosas.