Más de 6 mil niños están expuestos a constantes actos de violencia y abusos físicos al momento de visitar a sus padres recluidos en centros penitenciarios de la Ciudad de México, alertó la asociación civil Reinserta.
De ese total, se estima que al menos 67 por ciento han estado en contacto directo con drogas, motines y riñas dentro de los penales, refirió José Pablo Balandra, subdirector de la organización no gubernamental.
Explicó que los niños comienzan a normalizar la violencia desde que experimentan con lenguaje no apropiado o soez, hasta cuando son objeto de cateos y las autoridades no capacitadas revisan sus cuerpos.
“Las cárceles son espacios que han sido olvidados en la agenda pública, y nosotros lo hemos dicho constantemente: ‘Las cárceles no están diseñadas para que un menor de edad pueda vivir ahí, pero también entendemos que hay derechos, como tener una familia y acceder a la maternidad, y por eso hay que ajustar esos espacios para que sean libres de violencia para estos chiquitos’”, dijo Balandra en entrevista.
En tanto, el diputado local de Morena Janecarlo Maldonado mencionó que se han registrado abusos sexuales contra menores, cuyos padres los dejan a cargo de otros presos durante visitas conyugales.
Ante la problemática, el legislador propuso una reforma a la Ley del Sistema Penitenciario para generar un protocolo de atención a los menores de edad y crear guarderías tanto en cárceles de mujeres como de hombres.
De acuerdo con Maldonado, la iniciativa busca resguardar a los menores de edad de un ambiente violento y situaciones de riesgo durante los primeros seis años de vida que se les permite estar con sus madres en prisión, así como en los años posteriores a sus visitas en penales varoniles y femeniles.
Conforme a datos del Diagnóstico Nacional de Supervisión Penitenciaria, en 2019 había 56 mujeres con 67 hijos internas en los reclusorios de la ciudad.
La iniciativa de reforma adiciona el artículo 60 bis para que la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) garantice el cuidado, resguardo y protección de los niños cuando sus madres se encuentren en visita conyugal.
Con base en la suficiencia presupuestaria, y de manera progresiva, se propone la instalación de una guardería que estará a cargo de personal profesional y certificado que cuidará el bienestar físico y mental de los menores que se encuentren viviendo con sus progenitoras.