La pesca y la acuicultura generan alrededor de 2.8 millones de empleos directos y el triple de esa cantidad de empleos indirectos en la región de América Latina, pero 90 por ciento de todos ellos están vinculados con la pesca artesanal, señaló Julio Berdegué, representante regional de la FAO para América Latina y el Caribe.
Los pescadores artesanales y quienes se dedican a la acuicultura a pequeña escala “contribuyen de manera significativa a la seguridad alimentaria, a la nutrición, a la mitigación de la pobreza y al uso sostenible de los recursos naturales”, dijo al anunciar que 2022 será el Año Internacional de la Pesca y la Acuicultura Artesanales en América Latina y el Caribe.
Esto es una forma de visibilizar la importancia del sector para alcanzar las metas de la Agenda para el Desarrollo Sostenible (Agenda 2030), señaló el organismo en un comunicado. Indicó que el objetivo de este año internacional es mejorar la valoración social de los aportes de la pesca y la acuicultura artesanal, en términos alimentarios y económicos, y promover el diálogo y la cooperación para fortalecer a las familias que dependen de estas actividades.
La pesca artesanal proporciona hasta 85 por ciento del pescado consumido en algunos países de la región y es la base de la seguridad alimentaria de cientos de comunidades, muchas de ellas indígenas, que viven a lo largo de las costas y de las cuencas de los ríos, anotó.