Santiago. Al día siguiente de las elecciones presidenciales en Chile, que enviaron a segunda vuelta el 19 de diciembre al ultraconservador/pinochetista José Antonio Kast (27.91 por ciento de votos) y al diputado izquierdista Gabriel Boric (25.83), ambas candidaturas se apresuraban a definir estrategias para atraer a los 3 millones 800 mil votos que fueron para otros cinco aspirantes a la zaga.
Kast, del Frente Social Cristiano, obtuvo un millón 961 mil votos, frente al millón 814 mil de Boric, abanderado de Apruebo Dignidad (AP); una diferencia de 146 mil. Votó poco menos de la mitad del padrón habilitado, es decir, hay otras 8 millones de personas a las cuales hablarles.
VIDEO: Chile elige presidente entre la ultraderecha y la izquierda.
Los primeros tanteos comenzaron la noche del domingo, cuando ambos en sus discursos lanzaron mensajes de moderación y de disposición a ajustar sus programas, incorporar ideas y/o propuestas de las candidaturas más afines.
Los socialistas declararon inmediatamente su adhesión a Boric “sin condiciones”, lo mismo que el Partido por la Democracia; en cambio la Democracia Cristiana lo analizará en una “próxima junta nacional”, pero aclaró que no dará “cheques en blanco”. En la derecha oficialista, rápidamente la Unión Demócrata Independiente (UDI) anuncio que se cuadra con Kast; otras dos agrupaciones seguramente también lo harán.
Pero quien asoma como gran fiel de la balanza es el electorado de Franco Parisi, candidato del Partido de la Gente que obtuvo 899 mil votos (12.8) para llegar tercero, pese a estar ausente del país y que hizo campaña virtual desde Estados Unidos, donde reside. Los analistas tratan de descifrar a ese votante, descrito como refractario a la política y perteneciente esencialmente a los sectores de más bajos ingresos.
Según el sociólogo Carlos Ruiz, de la Fundación Nodo XXI, lo de Parisi es “una reacción anti establishment; es algo parecido a lo que fue la Lista del Pueblo en su heterogeneidad e inorganicidad y después en lo efímera que terminó resultando. Es un fenómeno eminentemente aorgánico, un voto muy circunstancial”.
La Lista del Pueblo fueron las candidaturas independientes que irrumpieron en mayo para ganar 27 cupos en la Convención Constitucional. Básicamente avenidos por el discurso antipartidos, rápidamente entraron en una diáspora que los fue diluyendo.
Respecto de si ese voto estará disponible, Ruiz dice que “no está claro para qué lado se irá; mucho se puede ir para la casa porque es eminentemente antiestablishment y mucho puede salir para cualquier parte. Entonces es un tema complicado de capturar y no creo que él pueda llegar a venderlo así como si lo tuviera amarrado".
Mauricio Morales, académico de la Universidad de Talca, dice que “la votación de Parisi es muy diversa y difícil de capturar en el eje izquierda derecha. Según algunas encuestas, su base de apoyo se iría casi por mitades a ambos candidatos en la segunda vuelta. Sin embargo, queda la sensación de que tiende a ser más proclive a candidaturas de derecha que de izquierda. Su base electoral es predominante masculina y menor de 50 años, pertenecientes a estratos socioeconómicos medios. Es una incógnita su comportamiento pero, al menos ahora, la balanza está inclinada hacia Kast”.
Claudio Fuentes, académico de la Universidad Diego Portales, los describe así: “sabemos que ese votante no es militante. Seguramente es un elector que tiene una ácida crítica a los partidos y al establishment (actores políticos, empresarios o todo aquello que huela a élite). Muchos de ellos seguramente dudarán de participar de la segunda vuelta. Se trata de independientes y escépticos de cualquier cosa que se asemeje a un acuerdo de las élites. Por lo mismo, no será sencillo en las próximas semanas aproximarse a dichos electores. Pero si hay alguien que puede acercarse más a este tipo de perfil es precisamente José Antonio Kast”, afirmó en un artículo en el portal Tercera Dosis.
Desde el Partido de la Gente, un vocero anunciaba que realizarán una votación entre sus 40 mil militantes, para decidir qué rumbo tomar en la segunda vuelta, ya sea para decidir algún apoyo o dar “libertad de acción”.
La encuestadora Activa Research los caracterizó como: 66 por ciento de los estratos sociales C3 y D, o sea, pobres; 64 por ciento varones; 80 por ciento sin posición política definida; agregó que 26 por ciento no votará en segunda vuelta; 28 por ciento lo hará por Boric y 26 por Kast.
Qué falló
En cuanto a qué falló en la candidatura de Boric, Morales dice que el problema no fue él, sino su entorno.
“El equipo que lo rodea no da garantías en ninguna dimensión asociada a gobernabilidad. El programa económico ha sido criticado por la ausencia de financiamiento para respaldar las políticas que ofrece, quien presenta un serio déficit en el manejo de cifras. El protagonismo del PC también perjudicó y ahora que el candidato necesita avanzar hacia el centro, deberá reducir su protagonismo”, señala.
También el domingo hubo elecciones parlamentarias que renovaron la totalidad de los 155 diputados y la mitad del Senado (27). El resultado dejó claro que el futuro gobierno, el que sea, carecerá de mayorías para imponerse por sí solo y que deberá negociar sus proyectos y reformas.
La Cámara de Diputados tendrá desde marzo 37 integrantes de Apruebo Dignidad, 36 de Nuevo Pacto Social (la ex Concertación), 53 del oficialista Chile Podemos Más, 15 del Frente Social Cristiano, siete del Partido de la Gente y seis independientes. Es decir, 73 opositores, 68 oficialistas y 14 de diferentes fuerzas. Y en el Senado, 23 del oficialismo, 22 de la oposición y cinco independientes.
Con esa distribución, la gobernabilidad estará en entredicho.