En el México actual, aquellas personas que no cuentan con acta de nacimiento, credencial para votar o una tarjeta para el Bienestar es como si no existieran. En los hechos, los más pobres de los pobres y, en especial los ancianos, no tienen acceso a lo mínimo necesario para subsistir. No se trata tan sólo de la población marginada alejada de las urbes, sino que incluso en las grandes ciudades hay miles de personas que no tienen un reconocimiento social, como es el caso de los que viven en la calle.
Por ello, todo esfuerzo por el reconocimiento y la mejora del nivel de vida de estas personas olvidadas es un gran avance social y, en este sentido, la tarjeta para el Bienestar mitiga las necesidades de un importante grupo social.
Además de ofrecer un ingreso mínimo, esta herramienta de débito incorpora a cientos de miles de personas al sistema financiero. Mediante este medio cuenta con opciones de compra y el retiro de dinero en efectivo vía la banca y en comercios afiliados.
También cuenta con un seguro contra muerte accidental e inhabilitación para el trabajo de hasta 750 dólares, asistencia funeraria por hasta por 7 mil 500 pesos y asistencia legal funeraria para facilitar los trámites a los deudos.
Otra ventaja es su afiliación con MasterCard, una de las mayores redes multinacionales de servicios financieros y de los sistemas Red y Cirrus, mediante los cuales se tiene acceso a múltiples comercios y bancos. Hay que mencionar que la tarjeta es internacional, por lo que también beneficia a las personas que viajan a otros países o cuentan con familiares que trabajan en el extranjero.
Con este medio de pago, los afiliados ya no reciben despensas, materiales de construcción o dinero en efectivo, sino que con su plástico deciden libremente en qué gastar sus recursos. Este sistema también limita la corrupción y el robo del dinero al entregarlo casa por casa.
Pero el gran avance que representa este esquema financiero es la integración de los olvidados que ahora son reconocidos por la sociedad y que ya no dependen de terceros para sobrevivir. Este es el mayor beneficio para el desarrollo más equilibrado de nuestro país.