Yaya quiere jugar futbol es una obra de teatro para niños y niñas que se propone abordar el tema de las relaciones filiales y la construcción de género en la infancia, con la finalidad de propiciar en los pequeños y en los padres de familia el respeto y el aprecio hacia lo diferente.
Con dramaturgia de Camila Villegas y dirección de Isael Almanza, la historia gira en torno a la relación de los hermanos Pipo y Yaya que juegan, compiten y discuten, ya que ella por fin consigue entrar al equipo de futbol, donde también juega su hermano mayor.
Sin embargo, las constantes burlas de Pipo hacia su hermana hacen que ella ya no quiera jugar futbol, aunque es muy buena haciéndolo, por lo que renuncia al equipo justo antes de llegar al campeonato.
El papá de ambos, fanático del futbol, deja de poner atención al hijo, a quien le gusta más la papiroflexia, para enfocarse en Yaya, quien responde a sus anhelos.
Así, Yaya y Pipo tienen un espacio de rivalidad, el equipo de futbol, y otro de complicidad, jugar a los piratas, donde se fortalece su relación de hermanos.
La historia propone abordar el tema de las relaciones filiales y la construcción de género en la niñez, ya que Pipo posee características socialmente denominadas como “femeninas”, en tanto Yaya, “masculinas”, comentó la dramaturga en charla con La Jornada.
“Distinto a la cuestión del sexo biológico, hombre o mujer, la construcción de género es de tipo social, diferencia que muchas personas aún no entienden. Los adultos somos los que frenamos y moldeamos las características de género”, explicó la autora.
“Desde un marco socialmente heteropatriarcal, la definición de género, de lo que a una niña o a un niño debe gustarle, tiene que ver con ciertos prejuicios de los padres de familia y con una especie de cotos de poder”, agregó Villegas.
“Para muchas personas es amenazante que el mundo se pueda construir a partir de formas diferentes, y eso hace que sean inflexibles respecto de los roles de género.
“Tradicionalmente, las madres o padres de familia vamos heredando a los hijos formas de ser. Si es niña, se supone que hay que fomentarles gustos y actividades que teóricamente son para niñas, y lo mismo para los niños.”
Yaya quiere jugar futbol propone “entender de manera lúdica la importancia de compartir y reconocer las habilidades del otro, más allá de lo que la mercadotecnia o los prejuicios establecen”.
Con música en vivo de David Almaga, escenografía de Mauricio Ascencio y las actuaciones de Verónica Ramos, Fernando Sánchez y el mismo Almaga, integrantes del colectivo escénico El Arce, la obra se presenta en temporada sábado y domingo a las 13 horas en el teatro Benito Juárez (Villalongín 15, colonia Cuauhtémoc, estación Reforma del Metrobús), con los debidos protocolos sanitarios.