Una reflexión contemporánea en torno a la célebre obra Casa de muñecas, del dramaturgo Henrik Ibsen (1828-1906), que critica las convenciones matrimoniales del siglo XIX, por lo que fue considerada la primera obra de teatro feminista, es la propuesta del montaje Hablar de Nora, que se presenta los sábados y domingos de noviembre en el Centro Cultural El Cubo.
La historia de Ibsen se contrasta con escenas de la obra Lo que pasó a Nora cuando dejó a su marido, de la novelista y dramaturga Elfriede Jelinek, Premio Nobel de Literatura 2004, “cuyo texto es igual de crítico, pero con una marcada visión política y económica de una mujer del siglo XX”.
De acuerdo con Gilberto Guerrero, dramaturgo y director del montaje, en Hablar de Nora la idea es analizar y debatir las vicisitudes de dicho personaje femenino, quien abandona a su marido y a sus hijos.
“En la obra de Ibsen se exponen los conflictos de una mujer que rompe con un paradigma que la obligaba a depender absolutamente de su esposo y a jugar un papel muy singular como ama de casa. La activista feminista Silvia Federici, autora del libro Calibán y la bruja, comentó Guerrero, dice que una de las cuestiones que Marx olvida es que las mujeres amas de casa tuvieron un papel fundamental en la acumulación originaria de la riqueza, al realizar un trabajo por el que no recibían salario.”
De ahí que una de las cuestiones es qué tanto de eso con lo que rompió Nora prevalece en nuestras sociedades más de 100 años después.
Hay que recordar, continuó el creador escénico, que Nora pide un préstamo porque su marido enferma; entonces, falsifica la firma de su padre como aval, conflicto que se suma a que no avisó al esposo, quien es muy estricto y conservador.
Con el devenir de la historia, el marido encuentra trabajo en un banco importante, donde justo labora el hombre que le prestó el dinero a Nora, un empleado con mala reputación, razón por la cual el marido está por despedirlo. Este hombre chantajea a Nora, diciendo que si lo corren, denunciará la falsificación de la firma.
Nora, al darse cuenta de la gravedad de la situación y que puede arruinar la carrera del marido, decide matarse, pero el esposo se entera y, en lugar de afrontar el problema en pareja, la injuria.
Ella entonces se da cuenta de que se iba a quitar la vida por un hombre que no es quien ella pensaba. Se da cuenta de que ama a alguien que no corresponde a ese sentimiento.
La puesta en escena, explicó Guerrero, intercala escenas de Casa de muñecas con comentarios aparte y una reflexión crítica de lo que vive Nora, expresados no por los personajes, sino por los actores, en un ejercicio de metateatro.
Ibsen también retrata “la moral capitalista de Escandinavia”, consideró Guerrero.
“Una escena muy dura que implica una visión política y económica de una mujer del siglo XX. Jelinek no idealiza a Nora, sino que la hace cómplice y víctima del capitalismo salvaje.”
Con actuaciones de Pedro Adame, Darinka Olmedo, Ortos Soyuz, Darling Lucas y Catalina Salas, integrantes de Perro Teatro y Delirio Teatro, Hablar de Nora se escenifica sábados y domingos de noviembre a las 19 y 18 horas, respectivamente, en el Centro Cultural El Cubo (Grajales Robles 28, colonia Del Valle, estación Amores del Metrobús).