Bogotá. Dos líderes sociales fueron asesinados esta semana, denunció el Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz (Indepaz), que contabiliza 88 matanzas con 313 víctimas desde principios de año y hasta el pasado día 15.
El 17 de noviembre, en la zona rural del municipio de Caldono, norte del Cauca, Gloria Patricia Caviche Alos, de 18 años, cuyo padre fue rebelde de las desarticuladas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, fue asesinada por un grupo de hombres armados.
El crimen tuvo lugar en la vereda La Venta, corregimiento de Siberia, jurisdicción del municipio de Caldono, Cauca, en un corredor de movilidad para grupos armados ilegales y de tránsito de cargamentos de hoja de coca y mariguana.
En el corregimiento de Carrizal, en el municipio de Remedios, Antioquia, fue ultimado el 18 de noviembre el líder social Helmer Antonio Monsalve, de acuerdo con Indepaz.
A cinco años de que se firmó el histórico acuerdo de paz entre las FARC y el gobierno de Juan Manuel Santos, Colombia ha visto durante 2021 un incremento en los asesinatos de líderes sociales y ex combatientes de la guerrilla más poderosa de América.
Juan Carlos Garzón, investigador de la Fundación Ideas para la Paz, indicó que antes de 2012, cuando comenzaron los diálogos, la tasa anual de homicidios era de 12 mil por 100 mil habitantes.
“Durante el proceso de negociación, de 2013 a 2016, llegó a bajar a 9 mil homicidios”, apuntó.
Hernando Gómez Buendía, director del portal Razón Pública, destacó que cada año morían unas 3 mil personas por el conflicto y en 2017 fueron 78.
Pero otra vez los homicidios están al alza, apunta Garzón: “La mala noticia es que entre enero y septiembre de 2021 estamos de nuevo en un nivel de 10 mil 500 homicidios”.
Este año, han sido asesinados o desaparecidos 152 líderes sociales y 43 ex combatientes de las FARC, de acuerdo con datos del Indepaz
Aunque el grueso de los ex guerrilleros de las FARC se desmovilizó con los acuerdos suscritos el 24 de noviembre de 2016, quedaron activas disidencias y la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional volvió a la ofensiva tras un intento fallido de paz.
El narcotráfico también tiene sus propios “ejércitos”. Todas las fuerzas ilegales suman unos 10 mil combatientes, según el Indepaz.
El “vacío de poder y regulación fue copado por otros actores”, explica Garzón, y añade otro factor: la incapacidad del Estado de “ofrecer garantías de protección” a la población.
Desde la firma del acuerdo, que puso fin a medio siglo de lucha por el poder, han sido asesinados 293 ex combatientes por sus ex compañeros o enemigos de la guerra, mientras otros volvieron a las armas. Y en el centro de todas las violencias: el tráfico de drogas.
El pacto, que promovía la sustitución voluntaria de cultivos ilegales, no le hizo mella al negocio: Colombia sigue produciendo y exportando cocaína en cifras récord.
“Nos encontramos con un proceso frágil porque el narcotráfico había crecido de manera exponencial” y los firmantes de paz “volvieron a la vida criminal”, aseguró el presidente de Colombia, Iván Duque, a la agencia de noticias Afp.
Los desmovilizados de las FARC acusan a Duque de torpedear el convenio y de promover la paz sólo ante “los micrófonos”.