En cerca de tres años el avión TP-01 no ha sido usado por el presidente Andrés Manuel López Obrador –como prometió durante su campaña–, los intentos por venderlo en el mercado internacional tampoco han llegado a nada e incluso su rifa simbólica implicó más gastos que ingresos. Costosa en vuelo, la aeronave también lo es estacionada.
Además de los poco más de 450 millones de pesos anuales que se deben de erogar por 15 años para terminar su compra, en la actual administración se han gastado más de 100 millones de pesos por tenerla estacionada, darle mantenimiento, promover su venta y alistarla para esporádicos vuelos, como el que hizo en julio a Tokio para dejar material deportivo.
El Presupuesto de Egresos de la Federación del próximo año muestra que al cierre de 2021 se habrá cubierto 55.9 por ciento de los 5 mil 792 millones de pesos en que se pactó la compra del avión presidencial, un vehículo que López Obrador se ha negado a usar por considerarlo un “símbolo de impunidad” y “excesos” de las pasadas administraciones. En resumen, “habiendo tanta pobreza, este avión es un insulto” para el país, ha señalado.
La aeronave comprada a finales de la administración de Felipe Calderón implica un gasto anual de más de 450 millones de pesos. Al concluir este año se habrán entregado 3 mil 239 millones de pesos por ella, pero concluirá el actual gobierno y aún no se habrá terminado de pagar, muestra la información de la Secretaría de Hacienda.
Sin embargo, además de la carga presupuestal que implica y su gravosa operación –que de acuerdo con el presidente se encuentra entre “200 y 300 millones de pesos”–, el tenerla varada no deja de implicar un costo millonario.
Facturas entregadas por la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y Banobras exhiben que el avión presidencial, un Boeing 787-8, ha representado un gasto de 7 millones 505 mil pesos y 4 millones de dólares 536 mil dólares, alrededor de 94 millones 589 mil pesos si se toma el tipo de cambio más reciente.
Por combustible y estacionamiento se han pagado 4 millones 718 mil 268.21 pesos a Delta Jet Support & Catering; a Boeing –la fabricante de la aeronave– por mantenimiento, piezas de repuesto y servicios de terceros se han entregado 2 millones 331 mil 137.54 dólares, alrededor de 4 millones 860 mil pesos, y a la paraestatal Aeropuertos y Servicios Auxiliares, por el expendio de turbosina, un millón 79 mil 378.51 pesos.
Por las gestiones y servicios en los aeropuertos de Narita y Ted Stevens Anchorage, derivados del viaje que el TP-01 hizo a Tokio, Japón, para dejar material deportivo en el marco de las olimpiadas, se entregaron 123 mil 502.85 dólares a la firma Jetex, prácticamente 2 millones 574 mil pesos por un viaje.
Banobras detalló que sólo a la Unops por el hasta ahora fallido intento de vender la aeronave se le han entregado 2 millones 82 mil 46.51 dólares –43 millones 402 mil pesos al tipo de cambio actual– y por impuestos de tres avalúos que realizó el Instituto de Administración y Avalúos de Bienes Nacionales, se erogaron un millón 707 mil 600 pesos más.
La institución ha reservado cada avalúo que hay de la aeronave, el más reciente de septiembre de 2021.
Sin embargo, de acuerdo con lo declarado por el gobierno federal en marzo, el avión valía 2 mil 286 millones de pesos, menos de la mitad de su costo total, y también por debajo de los 2 mil 552 millones que aún se deben pagar por él.