Por miedo a perder su trabajo, durante más de seis meses Tania Itzel tuvo que soportar hostigamiento laboral y acoso sexual por Enrique Alí Elías Arenas, su jefe inmediato superior en la Procuraduría Social (Prosoc) de la Ciudad de México.
Ella es una de las afectadas por este tipo de violencia laboral, que según datos de la agencia OCC Mundial, 51 por ciento de los trabajadores padecen, y de éstos, siete de cada 10 son mujeres, que en 80 por ciento de casos terminan perdiendo su fuente de empleo.
En el caso de Tania, quien se desempeñaba como secretaria, todo empezó con miradas lascivas del subdirector de Sanciones y Medidas de Apremio de la Prosoc, quien buscaba el menor pretexto para hacerla ir a su oficina y “verme los senos y los glúteos”.
Lo anterior, explica, me hacía sentir incomoda y con miedo, por lo que el 11 de agosto pasado la joven de 26 años decidió acogerse a la posibilidad de realizar trabajo desde casa, a lo que tenía derecho por ser madre, en el marco de la emergencia sanitaria por el Covid-19, enfermedad que contrajo tres días después, lo que la obligó a mantenerse en confinamiento.
Tania informó de todo lo anterior a su jefe inmediato por medio de oficios, a los que no recibió respuesta, pero se le retuvo el pago de la segunda quincena de septiembre, por lo que al protestar por dicha acción le informan a Elías Arenas y le levantó actas administrativas por supuestamente faltar a su trabajo.
“Es que cuando no te veo te extraño y sabía que con eso ibas a regresar”, le dijo el hombre, quien de esta manera obligó a la mujer a regresar a sus guardias presenciales el 30 de septiembre, y aunque pidió el apoyo del coordinador general de Administración, Juan Pablo Cossio Deschamps, sólo recibió un “no puedo hacer nada por ti”.
La joven pidió un cambio de adscripción y la envíaron al área de Cultura Condominal, donde la mantuvieron sin hacer nada y sin formalizar el cambio, hasta que el 10 de noviembre, a gritos Cossio Deschamps le informó que estaba despedida desde el 30 de octubre y pidió al personal de seguridad que la sacaran del edificio de la calle Mitla, en la colonia Vértiz-Narvarte.
En mayo pasado, Tania denunció ante la Administración de Capital Humano del gobierno capitalino, la Comisión de Derechos Humanos y la Fiscalía General de Justicia el acoso y hostigamiento de que fue víctima, sin que ninguna autoridad hiciera algo por investigar su caso, al contrario, le quitaron su empleo sin causa justificada, por lo que hoy exige su reinstalación.