Sería lógico pensar que la fabricación mundial de automotores eléctricos, por sí sola va a traducirse en una disminución inmediata de la contaminación ambiental y del calentamiento de la Tierra, pero no es así. Con el uso más amplio y programado de otros medios energéticos, por ejemplo, el uranio, darán pasos para el mejoramiento de la atmósfera y el estilo de vida.
En el plano mundial, y de acuerdo con el informe más reciente de la Agencia de Energía Nuclear y el Organismo Internacional de Energía Atómica, hasta el momento tenemos reservas de uranio a largo plazo.
Aunque la electricidad, afortunadamente, se puede obtener de varias fuentes de energía, todas podrían complementarse. Sería burdo que alguna de las que conocemos sustituya a todas las demás. Es decir, cada una ofrece pros y contras, por lo que se tiene que seguir investigando para mejorarlas y aprovechar sus usos doméstico e industrial.
En cuanto a la seguridad, el avance tecnológico para detectar radiactividad en mantos acuíferos y otras fuentes de abasto está muy adelantado. El proyecto de estudio sobre la concentración peligrosa para la salud humana fue puesto en marcha gracias al ININ y a la Conagua, mientras el financiamiento estuvo a cargo del Conacyt. El objetivo fue conocer “de manera precisa y confiable las concentraciones de radionúclidos en el ambiente, en particular en el agua de consumo, como un factor importante de salud pública.” Las muestras de agua fueron tomadas de pozos de diversas zonas de la República.
La decisión del gobierno se tomó sobre la base de fortalecer la industria nuclear en la nación, ya que no es lo mejor seguir comprando a precios muy altos el uranio enriquecido, no es lo conveniente para utilizar el energético pretendiendo disminuir la contaminación ambiental por dióxido de carbono (CO2).
Con las reservas y recursos actuales de uranio natural (que es menos contaminante), la obtención de electricidad estaría asegurada y se haría a un menor costo. Es importante destacar que la consistencia en su uso, reduciría las emisiones de CO2, principal compromiso mundial para disminuir y controlar la contaminación por las emisiones de este gas.
Recordemos que, la titular de la Secretaría de Energía visitó varias centrales nucleoeléctricas de India, lo que le permitió constatar que la energía e industria nuclear es una fuente redituable y segura para abastecer a un país tan extenso como el visitado o como México. Aunque la población de nuestra nación no es tan grande como la de India, son similares en cuanto a dispersión de asentamientos humanos.
Recordemos que el calor que el CO2 retiene en la atmósfera es lo que provoca el efecto invernadero y este fenómeno es el principal causante del calentamiento global o cambio climático, con los efectos que ya conocemos: temperaturas elevadas extremas y precipitaciones que ocasionan las inundaciones que hemos visto con mayor frecuencia cada vez.
El uso del uranio natural está justificado, a pesar de recriminaciones injustificadas por parte de grupos políticos y ambientalistas con intereses más económicos que ecológicos.
El recurso uranífero no sólo es útil para obtener electricidad con bajos niveles de emisiones CO2, sino también es conveniente para la producción de hidrógeno y para la generación de calor industrial. Por lo que habrá que garantizar su extracción y defender la utilización universal, además de rechazar su acaparamiento por parte de empresas, organizaciones o países. La regulación en la apertura de minas, así como el control mundial de su precio y disponibilidad en el mercado, permitirá el uso más beneficioso de esta fuente de energía.
Nos corresponde, en cuanto a la soberanía energética, concretar los cambios al artículo 27 de la Constitución que “la agrupación de nucleares, la comunidad científica mexicana en la rama nuclear, el Sindicato Único de Trabajadores de la Industria Nuclear… durante 38 años de resistencia y de lucha siguen intentando frenar la destrucción de la industria nuclear, pugnando para que a través de un sólo organismo nacional quede integrada en su totalidad, para beneficio del país y defendiendo la soberanía del mismo como punta de lanza”.
En conclusión, y de acuerdo con especialistas, “el uranio es un recurso energético eficiente y poderoso. Por su alta densidad energética, proporciona más energía que cualquier combustible fósil.” Lo anterior, es el resultado de años de estudio, de búsqueda y experiencia calificada.