Turín. El tenista alemán Alexander Zverev, número tres del mundo, superó de manera implacable al ruso Daniil Medvedev, número dos y vigente campeón del torneo, este domingo en la final del Masters de Turín, por un doble 6-4, para levantar su segunda Copa de Maestros.
Con esta prestigiosa victoria en un torneo que reúne a los ocho mejores tenistas de la temporada, Zverev concluye un 2021 especialmente prolífico, en el que ha conseguido seis títulos, entre ellos el oro olímpico en Tokio-2020.
Al igual que en la capital japonesa, Zverev (24 años) se clasificó para la final de este domingo tras eliminar en la ronda anterior al número uno y gran favorito Novak Djokovic, que se quedó así sin la posibilidad de igualar el récord de seis victorias en el Masters del suizo Roger Federer.
"Es fantástico porque gané la final del Masters frente a un rival con el que había perdido los últimos cinco enfrentamientos, por lo que tenía que jugar uno de mis mejores partidos", se felicitó el alemán, ganador del torneo de Maestros en 2018.
"No hay mejor manera de acabar la temporada, por lo que estoy muy feliz y preparado para irme de vacaciones", bromeó Zverev, que con 59 victorias se convierte en el jugador con más victorias en 2021.
Zverev, además, es el primer tenista desde André Agassi en 1990 que gana el Masters después de derrotar a los dos primeros jugadores de la clasificación mundial.
El primer Masters celebrado en Turín, en el que no participaron por lesión ni Federer ni el español Rafael Nadal, confirmó que la nueva generación de tenistas está al fin preparada para tomar el relevo: por primera vez desde 2005, los dos finalistas tenían 25 años o menos.
Frente al reciente vencedor del Masters 1000 de París-Bercy, Zverev (que había perdido frente a Medvedev a comienzos de mes en la capital francesa por un claro 6-2 y 6-2) se mostró implacable con su servicio (con ocho aces y 83 por ciento de puntos ganados con su primer saque).
Un break en cada set (en el tercero juego en la primera manga y en el primero en la segunda) fue suficiente para superar en apenas una hora y cuarto a un Medvedev que no estuvo atinado (solo 58 por ciento de primeros servicios.