Cristóbal Reyes, el célebre bailaor y coreógrafo español se encuentra en México, ha venido para impartir una serie de talleres y conferencias de flamenco en por lo menos cinco de las más importantes academias de baile del país. Actividades que iniciaron en el mes de octubre y concluirán a principios de diciembre.
Aprovechando su paso por Veracruz, una de las escalas en su labor docente, platicamos con el bailaor en exclusiva para La Jornada. Con 78 años de edad y una salud envidiable, el creador del flamenco progresivo nos dijo que tras su despedida de los escenarios en 2016 decidió dedicarse a la enseñanza de la danza flamenca de tiempo completo. “Estoy en plena facultad de salud, de baile, de todo, y creo que es buen tiempo para compartir todas mis experiencias en la danza con quien me lo solicite”, nos dijo de entrada en tono alegre y amistoso este hombre que ha paseado su arte por medio mundo.
La importancia de las experiencias que comparte el maestro cordobés en sus seminarios se puede valorar al revisar los nombres de quienes han sido sus discípulos en la academia Por amor de Dios de Madrid donde labora de manera regular. Para comenzar ahí están sus sobrinos, Joaquín Cortés, Antonio y Manuel Reyes; la bailaora María Juncal, los bailaores Alfonzo Loza, José Maya, José Escarpín, Farruco...“Son muchos” señala reflexivo Cristóbal. “He tenido la suerte de ser el maestro de 90 por ciento de las estrellas que protagonizan el flamenco contemporáneo. Mi recorrido se puede contar desde los grandes flamencos de los ochenta hasta los jóvenes de hoy”.
Cristóbal Reyes enseña un estilo único y una técnica innovadora donde incorpora métodos de ballet y danza contemporánea con la enseñanza del flamenco tradicional logrando sintonizar sus teorías y prácticas con la capacidad y posibilidades de sus alumnos bajo la condición de una enseñanza empírica pues si hay algo que conoce el maestro y sus discípulos es que estos saberes no se adquieren en ninguna universidad.
Con sus seminarios, nos dice, piensa mejorar el concepto que se tenga del flamenco e inscribir las tendencias actuales que se practican en España. “Las tendencias pueden ser varias, las mejores son las que se crean a partir de la tradición”.
Son cursos intensivos dirigidos a bailarines de nivel medio y avanzado a los que enseña técnica danzaria, desarrollo escénico y “maneras de sentir”.
“La técnica tiene que ir acompañada de un sentimiento que es lo que hace bello al baile”, señala al tiempo que recomienda “no hacer cosas raras con los pies”, como es la tendencia ahora de imprimir al baile velocidades y figuras vertiginosas en los desplazamientos. “No se trata de velocidad de pies, o de ver quien corre más, quien hace más tiempo, más síncopa, eso es una equivocación que los lleva a ser espectaculares pero no emotivos”.
Menciona que algunos jóvenes por lucir en el escenario no respetan técnica ni tradición y, además, no saben las estructuras del flamenco.
La mayorÍa de los bailaores actuales no conocen el flamenco. Éste es muy amplio, hay diferentes palos: alegrías, seguidillas, soleá, bulerías, tarantos, tientos… y los jóvenes de hoy todo lo bailan igual. Los ves en un baile y se dedican a correr, a hacer contratiempos con los pies, no se preocupan de escuchar el cante, la guitarra, el compás de las palmas… No saben en qué momento detenerse para hacer una escobilla, en qué momento respirar para cambiar de paso; entonces no avanzan, se quedan ahí, en un proyecto y nada más, no pasan la barrera”.
Sin embargo comenta que gracias a su escuela han salido seis u ocho bailaores con mucha tradición y empalme que rescatan la escena. Es de recordar que con Joaquín Cortés, Antonio Canales, Adrián Galia, y Joaquín Grilo, alumnos suyos, realizó Cinco bailaores un espectáculo que constituyó un hito importante de la historia del flamenco, ya que le dio un impulso que lo llevó a convertirse en referencia internacional.
El maestro también tuvo mucho que ver con la evolución del flamenco femenino impulsando bailaoras que han hecho historia como Rafaela Carrasco, Belén Maya, María Juncal, Carmen La Talegona y Olga Pericet.
(Continuará)