El anteproyecto para el concurso de ascenso en el Servicio Exterior Mexicano (SEM) ha generado inquietudes y comentarios entre empleados diplomáticos, quienes se han expresado a través de la plataforma de la Comisión Nacional de Mejora Regulatoria (Conamer).
El pasado 4 de noviembre, el canciller Marcelo Ebrard anunció las convocatorias de ingreso y ascenso a este servicio profesional. La primera se publicó ese día en el Diario Oficial de la Federación (DOF), mientras la segunda está en revisión en la Conamer y se prevé se emita oficialmente en unos días, por lo cual integrantes del SEM confiaron que sus observaciones sean consideradas.
Serán 811 miembros del SEM quienes concursen por 200 plazas: 84 en la rama técnico-administrativa y 116 de la rama diplomática-consular (15 para nivel de ministro, 26 de consejero, 33 de primer secretario y 42 para segundo secretario).
Como ha dado a conocer La Jornada en ediciones anteriores, miembros del SEM se han inconformado de que sea el primer concurso que se convocará en el actual sexenio, cuando la ley señala que preferentemente deberían darse anualmente.
El más reciente fue abierto durante el gobierno de Enrique Peña Nieto, publicado en el DOF el 30 de septiembre de 2018, y se concursaron 25 plazas de ministro, 32 de consejero, 32 de primer secretario y 33 de segundo secretario.
El anteproyecto para el próximo concurso, firmado por Ebrard, asienta que podrán participar consejeros, primeros, segundos y terceros secretarios, con una antigüedad mínima de dos años en el rango al que pertenezcan.
Quienes aspiren a ascender a consejeros, requerirán además de al menos ocho años como servidor público en el SEM y haber estado comisionado a una adscripción de tipo consular un mínimo de un año.
Éste es uno de los puntos de crítica del personal del SEM –observados en el portal de la Conamer–, pues han advertido que “contraviene” el artículo 48 del Reglamento de la Ley del SEM, el cual asienta que para acceder a ese cargo los concursantes deberán haber tenido una adscripción consular de mínimo dos años y no de uno, como propone el anteproyecto.
El documento en revisión –que de acuerdo con funcionarios de la cancillería tomará en cuenta las observaciones pertinentes antes de su publicación en el DOF– también apunta que el concurso abarcará la evaluación del expediente de cada aspirante y los resultados de los exámenes oral y escrito.
Otro de los señalamientos de personal del SEM es que el anteproyecto dispone que quienes aspiren a ascender a primer secretario deberán cumplir seis “requisitos adicionales” a los solicitados para el resto de los cargos, mismos que “no están contemplados” en la ley. Son exámenes de conocimientos sobre la actualidad mundial y nacional, de idiomas, la resolución de un caso práctico y la evaluación de su trayectoria.
Esto sin contar, se dijo en los comentarios, que representa una desventaja para aquellos que no residen en la Ciudad de México o su zona metropolitana, pues tendrán que acudir a la SRE en múltiples fechas para realizar estas pruebas, pagando hospedajes y otros gastos, con lo que “se rompe la igualdad” de condiciones para los aspirantes.
Los empleados del SEM estimaron que hay otro criterio de “desigualdad” en el anteproyecto, pues apunta que quienes en el pasado proceso (2018) no fueron promovidos, pero tienen una “constancia de aprobación del examen de ascenso”, podrán participar en el siguiente y sólo tendrán que cumplir con la evaluación de su expediente, exentando los otros requerimientos.