El Banco de México (BdeM) enfrenta el reto de evitar que el repunte de la inflación a escala global genere una contaminación en la formación de precios en el país, sostuvo el gobernador del organismo, Alejandro Díaz de León.
Emitió sus declaraciones en un contexto de alta inflación, cuya tendencia también prevalece en Estados Unidos, lo cual ha llevado a los responsables de la Reserva Federal (Fed), el banco central de la mayor economía mundial, a evaluar si deberán endurecer antes de lo previsto su política monetaria, a fin de contener la tendencia inflacionaria, considerado uno de los factores que están complicando la recuperación económica mundial, tras la caída como consecuencia de la pandemia de Covid.
El repunte de precios en México se aceleró y en octubre el nivel inflacionario llegó a 6.24 por ciento anual, su mayor nivel en cuatro años. En consecuencia, el Banco de México ha elevado la tasa de interés de referencia en cuatro ocasiones consecutivas a una tasa actual de 5 por ciento, debido al aumento sostenido del índice de precios al consumidor.
Carestía externa
“Tenemos que enfrentar el reto que nos toca ahorita, que es un aumento significativo en la inflación. Si bien (se trata de) inflación externa y no vamos a deshacer inflación externa con instrumentos de política monetaria interna. Pero lo que sí podemos hacer es evitar que se genere contaminación en la formación de precios para administrar con el mayor orden posible que la economía y los mercados asimilen ese choque”, planteó al participar en el último día de la 49 convención anual del Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF).
“Yo creo que si algo hemos aprendido es que no debemos dejar de administrar la medicina que es necesaria hoy para enfrentar los retos de hoy, pensando que puede ser más conveniente guardarla para administrarla más adelante. Porque eso significa que se nos puede complicar la salud del paciente hoy”, explicó el gobernador del banco central.
Administrar el choque
“Al reforzar la política monetaria ayudamos a administrar el choque para que la economía y los mercados lo asimilen con el mayor orden posible. Y es lo que ha hecho el Banco de México hasta ahora”, puntualizó Díaz de León, a quien le restan 43 días para concluir su mandato al frente del banco central.
El funcionario indicó que “la correción de la política fiscal y monetaria de las economías avanzadas va a generar dolor”, es decir, va a tener impactos en las economías en desarrollo, como la de México. Es por eso, dijo, que “están administrándola con gradualidad”.
En Estados Unidos, principal socio comercial de México, la inflación en octubre fue 6.2 por ciento anual, su mayor nivel en tres décadas.
Este mes, la Fed comenzó a recortar sus compras mensuales de activos por 120 mil millones de dólares a una tasa en que las terminaría por completo a mediados de 2022. La compra de activos así como la disminución de las tasas de interés, que fueron bajadas a niveles cercanos a cero, son dos de las principales medidas que el banco central estadunidense puso en marcha a raíz de la caída de la economía por la pandemia de Covid.
Sin embargo, ante el repunte de los niveles inflacionarios, cada vez son más las voces al interior de la Fed que se inclinan por acelerar la reducción en las compras de bonos para dar más margen de maniobra para subir las tasas de interés a partir del segundo trimestre del próximo año.
Subir las tasas de interés en la mayor economía mundial sería atraer los capitales que ahora se encuentran en mercados de riesgo, como el de México, donde por ahora la tasa de interés es más alta y por lo tanto de mejores rendimientos.