Ginebra/Washington. De Naciones Unidas al gobierno de Estados Unidos, las tomas de posición internacionales se multiplican para pedir a China que aclare la de-saparición de la tenista china Peng Shuai, quien no ha dado señales de vida desde principios de noviembre.
El paradero de la ex número uno mundial de dobles, de 35 años, se desconoce desde que acusó en redes sociales al ex viceprimer ministro Zhang Gaoli de haberla obligado a tener relaciones sexuales hace tres años.
“Sería importante tener pruebas de su paradero y saber que está bien. También instamos a realizar una investigación transparente de sus acusaciones de agresión sexual”, dijo Liz Throssell, portavoz de la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos, en una conferencia de prensa en Ginebra.
La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, anunció al respecto que Estados Unidos se encuentra “profundamente preocupado”, por lo que desde Washington se hizo un llamado para que China “proporcione pruebas independientes y verificables” sobre el paradero y seguridad de la deportista.
La Asociación de Tenis Femenil (WTA, siglas en inglés), se posicionó para pedir una investigación “transparente y justa” y reiteró su advertencia a China con excluirla de los certámenes del circuito, asumiendo incluso las pérdidas millonarias.
Bajo el hashtag #WhereIsPengShuai, numerosos jugadores y torneos siguen reclamando en las redes sociales que se aclare la situación de Shuai.
El número uno del tenis varonil, el serbio Novak Djokovic, juzgó el asunto “impactante” a principios de semana, mientras la estrella japonesa Naomi Osaka dijo estar “sorprendida por la situación” y la estadunidense Serena Williams aseguró sentirse “devastada”.
Francia también se declaró “preocupada por la falta de información sobre la situación de Peng Shuai, que preocupa a la comunidad internacional y a los círcu-los deportivos”, en un comunicado emitido el viernes por el ministerio de Relaciones Exteriores.
La Lawn Tennis Association, organizadora del torneo de Wimbledon, se sumó a la WTA “en sus esfuerzos para establecer la seguridad y el bienestar de Shuai”.
Peng había publicado sus acusaciones el 2 de noviembre en su cuenta oficial de Weibo, el equivalente chino de Twitter, antes de que China bloqueara cualquier referencia a este mensaje.
Desde entonces, la tenista, ganadora de dobles en Wimbledon en 2013 y en Roland Garros en 2014, no ha vuelto a aparecer en público. Un correo electrónico que le fue atribuido por los medios oficiales chinos fue difundido el jueves, pero su autenticidad es cuestionada por Steve Simon, director ejecutivo de la WTA.
En el mensaje, Peng supuestamente afirma que sus anteriores acusaciones “no son ciertas” y dijo que está “descansando en casa y todo está bien”.
Las denuncias de Peng llevaron el movimiento #MeToo por primera vez hasta las más altas esferas del Partido Comunista gobernante en China.
El Ministerio del Exterior chino reiteró no estar al tanto de la polémica que rodea a la tenista, mientras el Comité Olímpico Internacional se negó a comentar el asunto, afirmando que cree que la “diplomacia silenciosa” ofrece la mejor oportunidad para una solución.
Pekín condena amenaza de boicot a Juegos invernales
Zhao Lijian, portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, dijo que politizar los deportes viola el espíritu olímpico, en respuesta a las recientes intervenciones del presidente estadunidense, Joe Biden, quien reveló que está considerando llevar a cabo un boicot diplomático de los Juegos Olímpicos de Invierno de Pekín 2022, debido al presunto genocidio de Xinjiang.
“Los asuntos de Xinjiang son puramente asuntos internos de China que no toleran la interferencia de ninguna fuerza externa bajo ningún pretexto ni en ninguna forma”, dijo Zhao en conferencia.
En tanto, el presidente de Rusia, Vladímir Putin, fue invitado a la inauguración de los juegos invernales, informó el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, y destacó que el gobierno ruso tiene una actitud negativa a un posible boicot por parte de Estados Unidos.
El COI comunicó que la farmacéutica estadunidense Pfizer y la alemana BioNTech proporcionarán su vacuna contra el coronavirus para inmunizar a los participantes en Pekín 2022.