Con la novela Asesina íntima, Bernardo Esquinca pretendió entender el caso de la Mataviejitas, pues una asesina serial es algo muy raro, explica el autor de la narración que será presentada este sábado.
El escritor sostiene en entrevista que el mal es imposible de definir con una sola categoría: “Lo traemos adentro, pero también hay fuerzas oscuras que nos rebasan y nosotros sólo estamos siendo gobernados por ellas. Hay muchas posibilidades. Me dedico a escribir literatura de terror para explorarlas todas”.
Agrega que la narración editada por Almadía intenta explicar por qué se dio este fenómeno de la nota roja, pues “99.99 por ciento de los asesinos seriales, eso está muy estudiado, son hombres. Es rarísimo que haya asesinas seriales”.
La novela ficcionaliza con Chana Barrera el caso de los asesinatos ocurridos entre 2003 y 2006 contra mujeres de la tercera edad en la Ciudad de México.
Esquinca (Guadalajara, 1972) explora la vida de la autora de los crímenes, quien era luchadora, tenía un personaje y luego tuvo que abandonar la lucha libre; así como sus frustraciones, tragedias, amores, la nota roja, su paso por la cárcel, el perfil criminológico.
Refiere que sobre la vida de la Mataviejitas, “la realidad no iluminaba, y entonces ahí tenía que entrar la literatura para imaginar y rellenar esos huecos. Esta novela se convirtió no sólo en su historia, sino en la de los personajes que rodean a la asesina y cómo sus vidas se ven afectadas tras haber convivido con ella”.
En la realidad, un reportero la entrevistó antes de que la atraparan, sin saber que ella era la autora de los asesinatos. Bernardo Esquinca lo convierte en una mujer y recrea todo lo que ocurrió ese día. “Luego, qué pasa con la vida de ella, que se trastoca por haber entrevistado a una asesina”.
En otro capítulo, una vecina ficticia da los datos reales de las tragedias que le ocurrieron a Barrerra y que “en buena medida explican por qué hizo lo que hizo”. Y resulta que esta narradora es una persona cruel con los viejitos en el asilo en el que trabaja.
El escritor agrega que su novela tiene mucho humor negro. “Es tan cruda la historia que de otra manera no la soportaríamos, como la nota roja. Ese género periodístico es tan irónico y con tanto humor negro porque de otra manera no soportaríamos leer esas noticias. Tomo ese modelo”.
El autor de la saga de terror Casasola menciona que “el mal es muy complejo y no hay una sola vertiente. El mal está dentro de cada persona y de acuerdo a sus circunstancias de vida, de educación y circunstancias químicas. Existe el bien y el mal, la luz y la oscuridad en cada ser humano, por eso somos tan complejos.
“El mal está dentro de nosotros y hay quienes lo saben contener y quienes no. Es una idea con la que he jugado en cuentos. En Demonia el mal se contagia. En El libro de los dioses abordo esta entelequia, fuerzas que nos superan, mueven los hilos y nosotros somos títeres de un destino funesto.”
Esquinca señala que los asesinos son lo que siempre nos amenaza y que, sobre todo a partir de la segunda mitad del siglo XX, se empezaron a estudiar de manera mucho más formal y científica. “Se convirtieron en uno de los grandes mitos en esa etapa.
“Los asesinos seriales tienen algo que nos fascina y nos repele. Está muy estudiado que no son como un hongo que brotó solo, lleno de malignidad; son un reflejo de la sociedad en la que surgen: el Chalequero, en el porfiriato; Goyo Cárdenas, en el alemanismo, y la Mataviejitas durante el gobierno de Vicente Fox.”
La novela Asesina íntima será comentada de forma presencial por Bernardo Esquinca y JM Servín hoy a las 18 horas en la sucursal Coyoacán de la librería El Sótano.