En el Salón Oval de la Casa Blanca, el presidente Joe Biden manifestó a Andrés Manuel López Obrador su voluntad de ya no ver a México como “buenos vecinos” o los “amigos del sur”, sino establecer un trato de iguales y de respeto mutuo. El Presidente mexicano agradeció que ahora no se tome a nuestro país como el “patio trasero”, y le manifestó su deseo de que se apruebe su reforma para regularizar a 11 millones de migrantes.
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En reunión previa con la vicepresidenta Kamala Harris, López Obrador habló de las bondades de la integración de América del Norte y de ver el flujo de personas como un instrumento para la fortaleza regional. Desde temprana hora, en las reuniones bilaterales con los representantes de Canadá y Estados Unidos, el jefe del Ejecutivo hizo énfasis en la importancia de “no estar dependiendo de las importaciones” y producir en nuestra región lo necesario.
“La integración económica de América del Norte, con respeto a la soberanía, es una opción y, como ideal, la integración del continente americano, para ser la región más fuerte económicamente del mundo”, subrayó en este rencuentro con Harris, a quien recibió el verano pasado en Palacio Nacional.
Como parte de la novena Cumbre de Líderes de América del Norte, la reunión de trabajo con la vicepresidenta fue igual de amistosa que en la sesión de México, con recuentos históricos.
Ahora, la estadunidense agradeció la buena recepción al embajador Ken Salazar, a quien el Presidente calificó como un buen representante diplomático, confiable, pero sobre todo valoró la empatía de Harris hacia la importancia de atender las causas de la migración.
Si se fortalece la integración económica de América del Norte, insistió el mandatario, “se va a necesitar ordenar el flujo migratorio”.
López Obrador y Kamala Harris saludan desde el balcón de la oficina de la vicepresidenta estadunidense. Foto Ap.
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En seguida se dio paso al encuentro Biden-López Obrador, quienes sólo habían conversado previamente vía telefónica.
En la presentación ante la prensa, el estadunidense hizo referencia a la relación bilateral que está a punto de cumplir 200 años y le dejó en claro: “ya no usamos expresiones de ‘nuestros amigos del sur’ sino que estamos hablando de nuestros pares, nuestros países que están en pie de igualdad, eso es lo que me gusta”.
Biden habló haciendo pausas entre enunciados para dar oportunidad a la traducción, pero su homólogo habló nueve minutos de corrido, por lo que al final, el anfitrión lanzó una risita hacia la traductora como quien da ánimos para cumplir con el reto.
López Obrador habló de historia, de la relación entre los presidentes Juárez y Lincoln, entre Cárdenas y Roosevelt, de las libertades y de la integración económica de la región, pero sobre todo cumplió con el compromiso hecho a los paisanos migrantes, de decir personalmente a Biden que desde Palacio Nacional estará atento al proceso en el Congreso para ver el desenlace de esa iniciativa que beneficiaría a millones que viven y trabajan honradamente en Estados Unidos.
“Es una iniciativa, entre otras cosas, con dimensión social; es una iniciativa para hacer justicia y por eso nos da mucho gusto estar aquí, presidente Biden”.