La pandemia evidenció la centralidad que tienen los cuidados en el funcionamiento de las economías y sociedades, lo que a la vez también hizo evidente “lo insostenible e injusto de su actual organización”, establece el informe Hacia la construcción de sistemas integrales de cuidados en América Latina y el Caribe, elaborado por la oficina regional para las Américas y el Caribe de ONU Mujeres y la Comisión Económica para América Latina (Cepal).
Según el Observatorio de Igualdad de Género de América Latina y el Caribe de la Cepal, “antes de la pandemia, las mujeres de la región dedicaban más del triple de tiempo al trabajo no remunerado que los varones”, pero ello se agravó con la crisis sanitaria.
El estudio destaca que el tiempo dedicado al trabajo doméstico y de cuidados no remunerados es el “principal obstáculo para la participación plena de las mujeres en el mercado laboral”. En la región, alrededor de 60 por ciento de las mujeres en hogares con presencia de niños menores de 15 años no participan en el mercado laboral por atender responsabilidades familiares, mientras que en hogares sin menores de edad, la cifra se acerca a 18 por ciento.
El análisis asevera que “invertir en cuidados puede contribuir no sólo a generar un efecto positivo multiplicador en el PIB, en el empleo y en los ingresos fiscales, sino incorporar un sesgo positivo al empleo femenino”.
Advierte que debido a la división sexual del trabajo, las labores de cuidado remunerado y no remunerado están altamente feminizadas. “En América Latina y el Caribe (2019), alrededor de 13 millones de personas se dedicaban al trabajo doméstico remunerado, y 91.5 por ciento son mujeres.