En la novena reunión trilateral México-Canadá-Estados Unidos, el presidente Andrés Manuel López Obrador planteó trabajar en conjunto por el desarrollo regional con respeto a las soberanías, e impulsar un programa de inversión productiva en América del Norte para la sustitución de importaciones. Durante su intervención inicial en el cónclave de la Casa Blanca, propuso al mandatario estadunidense, Joe Biden, y al primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, analizar la demanda de mano de obra y así abrir ordenadamente el flujo migratorio.
En el encuentro convocado por el mandatario estadunidense (en esta oportunidad correspondió a ese país hacerlo) en la ciudad de Washington, en la ronda de comentarios de los dignatarios, previos a su reunión privada de casi tres horas –de la cual salió la declaración conjunta–, López Obrador ponderó la firma y ratificación del Tratado de México, Estados Unidos y Canadá (T-Mec) porque ha resultado una acertada decisión en bien de sus pueblos y naciones. Y aportó contexto a su posición.
“La integración económica, con respeto a nuestras soberanías, es el mejor instrumento para hacer frente a la competencia derivada del crecimiento de otras regiones del mundo, en particular, la expansión productiva y comercial de China. No olvidemos que mientras Canadá, Estados Unidos y México representamos 13 por ciento del mercado mundial, China domina 14.4 por ciento. Y este desnivel viene de hace apenas 30 años, pues en 1990 la participación de China era de 1.7 por ciento y la de América del Norte de 16 por ciento.
“De mantenerse la tendencia de la última década, en 30 años más, para 2051, China tendría el dominio del 42 por ciento del mercado mundial y nosotros –Estados Unidos, México y Canadá– nos quedaríamos con 12 por ciento; lo cual, además de ser una desproporción inaceptable en el terreno económico, mantendría viva la tentación de apostar a resolver esta disparidad con el uso de la fuerza, lo que nos pondría en peligro a todos. Por eso, lo mejor, lo más conveniente, es fortalecer nuestras economías, fortalecernos comercialmente en América del Norte y en todo el continente.”
Y de ahí, el tabasqueño hiló la necesidad del crecimiento regional al orden y aceptación migratoria, pues “deben definirse de manera conjunta objetivos muy precisos y hacer a un lado mitos y prejuicios. Por ejemplo, dejar de rechazar a migrantes, cuando para crecer se necesita de fuerza de trabajo que, en realidad, no se tiene con suficiencia ni en Estados Unidos ni en Canadá. ¿Por qué no estudiar la demanda de mano de obra y abrir ordenadamente el flujo migratorio?”
El Presidente mexicano puso sobre la mesa algunas evidencias que aportan posibilidades a su propuesta. “Las ventajas son muchas; entre otras, contamos con fuerza de trabajo joven y creativa, con desarrollo tecnológico y con una gran riqueza de recursos naturales; la distancias entre nuestros países nos permiten ahorrar en transporte y existe suficiente demanda en nuestros mercados. El consumo per cápita de América es de 18 mil 100 dólares anuales, mientras en Asia es de 4 mil 400 dólares”.
Así, repuso, el problema de fondo es que “no estamos produciendo lo suficiente y estamos obligados a importar mercancías de otros países. Es una paradoja que haya tanto circulante en América del Norte y los puertos del Pacífico estén saturados de mercancías procedentes de Asia. Agréguese el impacto inflacionario que eso acarrea. ¿Por qué no podemos producir en América del Norte lo que consumimos? Claro que sí. Es asunto de definición y de estrategia económica regional”.
Se dio tiempo para reconocer a Joe Biden, porque “ningún mandatario en la historia de Estados Unidos ha manifestado, como usted, un compromiso tan claro e inequívoco para mejorar la situación de los migrantes, y le expreso, por ello, mi reconocimiento. Me refiero particularmente a su promesa de regularizar la situación migratoria de 11 millones de personas. Deseo que usted cuente con el apoyo del Congreso. Los mexicanos estaremos atentos, y en su momento, nos pronunciaremos con respeto y franqueza, y también sabremos corresponder con gratitud y amistad”.
En su turno, Biden expuso su beneplácito, y se pronunció por tomar, “después de la pandemia, acciones decisivas, del cambio climático, manejar los retos de la migración, en nuestro hemisferio, y salir de esta línea que sigue negando oportunidades a tantas personas”.
El estadunidense también se dio tiempo para exponer que en el plano interior ya se anunció que “la píldora antiviral (contra el Covid) va a reducir la hospitalización, las muertes, hemos comprando 10 millones de tratamientos; anunciamos que 3 millones de niños ya recibieron su primera vacuna, un progreso inusitado, y la agencia FDA (Administración de Alimentos y Medicamentos) está revisando si van a extender una tercera vacuna para todos los adultos. Entregamos 250 millones de dosis a distintos países, para cumplir con nuestro compromiso de donar mil 200 millones de dosis”.
Breve, el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, dijo estar pensando en las personas de la British Columbia (región oeste de su país) devastada por las inundaciones. Y adelantó que al terminar con el Covid 19, “debemos enfocarnos en la recuperación económica, apoyar los empleos y a la clase media en los tres países”.