A reserva de que se vayan conociendo detalles de los acuerdos de fondo que se hubieran tomado en la reunión de mandatarios norteamericanos, las primeras versiones mediáticas apuntan a una decorosa participación del Presidente mexicano, en un contexto difícil, sabidamente asimétrico y con temas polémicos en la agenda privada.
A diferencia de lo sucedido con la mayoría de quienes habitaron Los Pinos, el actual residente de Palacio Nacional llegó a la capital estadunidense sin filtraciones periodísticas sobre enriquecimiento ilícito, cuentas secretas en el extranjero o acusaciones en general de corrupción. Tampoco con señalamientos de vendepatrias. Al contrario, por parte de paisanos recibió apoyo en las inmediaciones de los lugares a donde asistió e hizo intervenciones en la sesión trinacional que corresponden al sentido político que le llevó al poder.
En particular, destaca la reiteración del apoyo a la iniciativa del estadunidense Biden para regularizar la estancia documentalmente irregular de millones de migrantes y, por otra parte, el llamado a dejar de lado mitos y prejuicios (y, esta columna agregaría: hipocresía) sobre la mano de obra de migrantes que realmente necesitan Estados Unidos y Canadá, sin decidirse a establecer un flujo ordenado.
Aun cuando constituye un giro retórico que no necesariamente se cumplirá en la práctica, Biden ofreció un trato de pares a México, lo cual resulta favorable para López Obrador en la medida que podrá desplegar en sus discursos la mención de que nuestro país ha dejado de ser visto como el patio trasero. También le ayudará la convocatoria a otra cumbre norteamericana, el año entrante con la Ciudad de México como sede.
Como es usual en estos encuentros, la declaración conjunta “Reconstruyendo mejor juntos: Una América del Norte segura y próspera, para reafirmar la fortaleza de la relación y trazar un nuevo camino de colaboración”, contiene generalizaciones con sentido positivo. En los detalles, como es sabido, mete la cola el diablo geopolítico, lo cual es el riesgo en este caso.
Habrá de saberse más adelante si hubo algún tipo de análisis o decisiones trascendentes, en los encuentros bilaterales, sobre todo con la parte estadunidense, o en la cumbre en sí, respecto a seguridad (combate a cárteles mexicanos, para frenar el tráfico del fentanilo), energéticos (la defensa de Estados Unidos (EU) de los intereses de sus empresas ante la reforma eléctrica en particular) y migración (que México apriete el puño para ayudar a Biden, criticado por el alto ingreso de migrantes en condición jurídica irregular).
En Puebla, la administración de Miguel Barbosa (de los Chuchos perredistas, converso oportunamente al morenismo) mantiene un acoso abierto, mediante auditorías, hostigamiento administrativo, campañas de desprestigio, bloqueos informativos, agresiones digitales y demandas contra dos medios de comunicación que son críticos del barbosismo, e-consulta, cuyo director es Rodolfo Ruiz, y El Popular, dirigido por Carolina Fernández. Ruiz, por ejemplo, enfrenta siete demandas por daño moral, que están en proceso y por las cuales se debería pagar “un total de 37 millones de pesos en indemnizaciones que pretenden obtener del medio” (reporte de Artículo 19 México: https://bit.ly/2Z2xu9F).
Astillas
El mismo día de la cumbre trinacional, un fiscal de EU anunció una benévola propuesta de castigo a Emma Coronel, esposa de Joaquín Guzmán Loera, El Chapo. Cuatro años de cárcel, tras declararse culpable de tres delitos relacionados con el crimen organizado, más la cesión a EU de un millón y medio de dólares. Y, mientras Mario Delgado, como reproductor de ventriloquía, en gira por Tabasco confirma que Adán Augusto López es precandidato presidencial en Morena (“se va a dar a conocer en todo el país por el trabajo que está haciendo”). ¡Hasta el próximo lunes, con crecientes protestas de petroleros por las tramposas elecciones seccionales que confirman el dominio de la corriente de Carlos Romero Deschamps!
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