En el marco de la realización de la Cumbre de Líderes de América del Norte, en Washington, Estados Unidos, organizaciones estadunidenses, mexicanas, hondureñas y de otros países de la región exhortaron poner en el centro de las conversaciones “una visión regional de la migración, de los derechos humanos y de la protección humanitaria”.
El Instituto para las Mujeres en la Migración, Sin Fronteras IAP, Al Otro Lado, el Grupo de Trabajo Sobre Política Migratoria-GTPM y varias más, destacaron que dicho encuentro en el que participan los presidentes de México, Andrés Manuel López Obrador, y de Estados Unidos, Joseph Biden, así como al primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, es “un foro adecuado para que los tres países trabajen juntos y amplíen las oportunidades de acceso a la protección internacional”, así como para crear rutas alternas en la región, sin obstaculizar ni restringir el derecho a solicitar asilo en las fronteras y puertos de entrada.
Señalaron que estos esfuerzos deben complementar las estrategias para resolver las causas de raíz de la migración e “incluir los derechos humanos, la corrupción y la asistencia dirigida a las organizaciones locales de la sociedad civil dedicadas a atender las necesidades de la niñez, la adolescencia, las mujeres”, las poblaciones de la diversidad sexual, afrodescendiente e indígena y las necesidades de personas que sufren el impacto del cambio climático.
En una misiva dirigida a López Obrador, Biden y Trudeau, también manifestaron su preocupación porque a pesar de los esfuerzos, “las políticas y prácticas migratorias recientes de Estados Unidos y México son muestra de un sistema cruel, ineficiente e ilegal basado en la disuasión que viola y menoscaba el derecho internacional de los derechos de las personas solicitantes de asilo y los derechos humanos”.
Indicaron que la administración Biden sigue usando “de manera indebida” la salud pública como pretexto para continuar con las expulsiones bajo Título 42 del Código estadunidese “para obstaculizar ilegalmente a las personas la solicitud de protección en los puertos de entrada y regresarlas a una situación de peligro en México y en sus países de origen”. En este sentido, expusieron que han hecho un seguimiento de más de 7 mil 647 reportes de secuestros y otros delitos violentos contra personas a las que se les bloqueó su derecho a solicitar protección o que fueron expulsadas.
Además, recordaron que Estados Unidos ha usado varios cientos de vuelos de expulsión “para enviar a miles de personas al sur de México, Centroamérica y Haití sin oportunidad de solicitar protección”. Tan solo en ese último país, añadieron, “aproximadamente 8 mil 500 personas fueron expulsadas en más de 80 vuelos desde finales de septiembre”.