Varsovia. El ministro de Defensa de Polonia, Mariusz Blaszczak, advirtió ayer que la crisis migratoria con Bielorrusia “podría durar meses, incluso años” y aseguró que los solicitantes intentan cruzar hacia su territorio durante la noche pese a aplicar medidas de contención.
“La situación en la frontera polaco-bielorrusa no se resolverá rápido”, comentó Blaszczak a la radio pública polaca PR1, un día después de que las fuerzas de seguridad de Polonia desplegadas en la zona emplearon gas lacrimógeno y dispararon cañones de agua para dispersar a los migrantes que arrojaban piedras a los uniformados en su intento por cruzar.
Pese a los incidentes se reportaron al menos dos intentos de ingresos durante la madrugada de ayer. “Por desgracia la noche tampoco fue tranquila. Los métodos de ataque a la frontera polaca siguen siendo los mismos. Pequeños grupos de migrantes también intentaron cruzar la frontera por otros puntos”, añadió el ministro.
Los guardias fronterizos polacos registraron el martes un total de “161 intentos de cruces”, incluyendo “dos tentativas de paso por la fuerza”. Las autoridades del país miembro de la Unión Europea (UE) han registrado en el año más de 33 mil intentos de pasos no regulados, con un pico en octubre pasado calculado en unos 17 mil 300.
Unos mil migrantes reciben alojamiento en un centro de logística en la frontera, donde, tras varios días durmiendo al aire libre, podrán pasar la noche a cubierto, reportó la agencia de noticias bielorrusa BelTA.
En suelo bielorruso y en la frontera entre ambos países, al menos 4 mil migrantes siguen instalados en improvisados campamentos, encendiendo hogueras para protegerse de las gélidas temperaturas. La UE responsabiliza al presidente de Bielorrusia, Aleksandr Lukashenko, de alentar esta crisis en represalia a las sanciones que el bloque le ha impuesto.
Desde el 2 de septiembre pasado, el gobierno polaco mantiene vigente el estado de emergencia en 187 de sus municipios fronterizos, y desde la semana pasada está prohibido el acceso a algunos puntos de esta zona, como en el puesto de control de Kuznica. Letonia y Lituania, que enfrentan la misma crisis, han implementado medidas similares.
Maciej Wasik, viceministro bielorruso del Interior, aseguró que recibió “información de que Lukashen-ko ha facilitado los primeros autobuses que varios migrantes están tomando para marcharse”, sin decir hacia dónde los trasladaban. “El campamento cerca de Kuznica se está vaciando de a poco”, destacó.
Irak ha pedido a sus ciudadanos que regresen al país, por lo que los primeros vuelos de repatriación están previstos para hoy.
La jefa de la Comisión Europea (CE), Ursula von der Leyen, informó que enviará 700 mil euros en alimentos, mantas y ayuda a los migrantes, tras las críticas por la poca asistencia, pero señaló que depende de Lukashenko detener la crisis.
Como muestra de solución, la saliente canciller federal de Alemania, Angela Merkel, sostuvo una conversación telefónica con Lukashenko, por segunda vez en tres días, en la cual “acordaron que el problema en su conjunto se elevará al nivel de Bielorrusia y la UE”, reportó Belta, y añadió que “ambas partes comenzarán de inmediato las negociaciones”.
Por su parte, la CE confirmó que sostendrá “conversaciones técnicas” con Bielorrusia sobre la repatriación de los migrantes, a las cuales se unirán el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados y la Organización Internacional para las Migraciones, informó un vocero del bloque sin dar más detalles. Los contactos fueron celebrados por Rusia.