Ciudad de México. Siete de cada diez mexicanos consideran que la desigualdad de ingresos “es demasiado grande” en el país. En ese sentido, es una de las economías de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) donde la demanda de mayor redistribución, a través de políticas gubernamentales, es de las más altas.
En México, “a pesar de la polarización de la opinión pública (…) la demanda de los ciudadanos de una intervención política para reducir las disparidades económicas es una de las más altas entre los países de la OCDE”, revela un estudio recién publicado por la organización.
El 86 por ciento de la población mexicana piensa que el gobierno debería hacer más para reducir la diferencia de ingresos mediante la recaudación de impuestos y la concesión de prestaciones sociales, por arriba del promedio de 66 por ciento en la organización.
El estudio "¿Importa la desigualdad?" destaca que la demanda de mayor redistribución en México, superada por Chile —país donde el exhorto ciudadano de un mejor reparto de la riqueza es el más alto en la OCDE—, es impulsada principalmente por quienes perciben niveles muy altos de desigualdad de ingresos y una movilidad social limitada.
Sin embargo, esta disparidad de ingresos no queda en “una percepción”. En los indicadores de desigualdad que elabora la OCDE, es reiterada la presencia de México en los primeros cuatro lugares; ya sea en el índice de Gini, en la proporción de la renta nacional que va al 10 por ciento de los hogares más ricos o en el volumen de personas que nacen en un entorno pobre y cursan el resto de su vida en él.
Mientras México alcanza un puntaje de 0.42 en el índice de Gini —el cual sirve para identificar la concentración de riqueza de la población, con una escala de 0 a 1— el promedio de la OCDE es de 0.32 puntos.
También el 10 por ciento de los hogares más ricos en México concentra el 32 por ciento del ingreso, frente al 25 por ciento que es promedio en la organización; y se considera que 60 de cada 100 niños que nacen pobres en el país, morirán pobres, mientras esta proporción baja a 55 en la media de la OCDE.
En este punto, el 68 por ciento de la población en México cree que el gobierno debería gravar a los ricos más de lo que lo hace actualmente para apoyar a los pobres.
Pero, “aunque los mexicanos perciben un alto nivel de desigualdad y una baja movilidad social, sus percepciones siguen siendo inferiores a las de países con niveles de desigualdad igualmente elevados”, destaca el estudio.
Incluso en el trabajo, el cual supondría el principal mecanismo para reducir las desigualdades, la misoginia se impone y México es dónde se exige menos por una mejor distribución de remuneraciones entre hombres y mujeres.