La estrategia de aumentar los ingresos sólo con medidas de fiscalización y sin elevar impuestos “aguanta mucho” todavía, consideró Héctor Amaya, vicepresidente general del Instituto Mexicano de Contadores Públicos (IMCP).
Con una economía que está en plena recuperación, incrementar las tasas o promover nuevas contribuciones mediante una reforma fiscal no era opción, detalló Ernesto O’Farrill, presidente de la Comisión de Análisis Económico, al hablar de los cambios propuestos por el gobierno federal para el próximo año.
En conferencia de prensa, los integrantes del IMCP explicaron que dadas las condiciones del económicas actuales –un periodo de recuperación tras un revés en la actividad económica de 8.3 por ciento–, promover el incremento de ingresos por medio del cambio en la cultura tributaria era la mejor opción.
Además de la apuesta por mejorar la cultura tributaria, las medidas de fiscalización también se verán robustecidas por el avance tecnológico que está incorporando el Servicio de Administración Tributaria, detalló Laura Grajeda, nueva presidenta del IMCP.
En la reunión mensual de los contadores, se advirtió sobre los cambios fiscales para el próximo año. En particular, se enfatizó el hecho de que ahora darse de alta en el Registro Federal de Contribuyentes (RFC) no se podrá hacer sólo con la clave única de registro de población (CURP) en medios remotos, sino que requerirá ir a la oficinas, lo que generará un cuello de botella en este trámite, advirtieron.
Por su parte, Ramiro Ávalos, vicepresidente de Fiscal del IMCP, explicó que si bien el régimen simplificado de confianza –llamado Resico– implica un avance de facilidades administrativas y contables para más de 90 por ciento del padrón de contibuyentes actual y con miras a aumentarlo, la permanencia en él está atada al cumplimiento.
Detalló que en casos en que se detecte a un contribuyente en falta de reportar un CFDI –un comprobante fiscal digital– se le dará de baja del Resico y tributará con las reglas generales, mismas que pueden alcanzar hasta 35 por ciento del ingreso, en lugar del 2.5 por ciento que marca el nuevo régimen de confianza.
O’Farrill explicó que la corrupción ha dejado de ser el principal obstáculo al crecimiento de la empresas, de acuerdo con el Índice Mexicano de Confianza Económica, que elabora el IMCP y que evalúa la percepción de sus agremiados.