Washington. Científicos estadunidenses desarrollaron un medicamento que promueve la regeneración de células y revirtió la parálisis en ratones con lesiones en la columna vertebral, permitiéndoles volver a caminar tras cuatro semanas de tratamiento.
La investigación fue publicada en la revista Science y el equipo de la Universidad de Northwestern que la llevó a cabo espera presentar su tratamiento el próximo año ante la Administración de Medicamentos y Alimentos (FDA, por sus siglas en ingles), de Estados Unidos, para proponerle hacer pruebas en humanos.
“El objetivo de nuestra investigación fue desarrollar una terapia transferible que pudiera ser usada en los hospitales para evitar la parálisis en personas que hayan sufrido traumatismos mayores o enfermedades”, explicó Samuel Stupp, líder del estudio.
Curar la parálisis es una meta de larga data de la medicina y otras investigaciones novedosas en el campo incluyen tratamientos experimentales a partir de células madres para crear nuevas neuronas, terapia genética que ordena al cuerpo producir ciertas proteínas a fin de ayudar a la reparación nerviosa o la inyección de proteínas.
El equipo de Stupp, por su lado, empleó nanofibras para imitar la arquitectura de la “matriz extracelular”, red de moléculas que se desarrolla de forma natural alrededor del tejido.
Cada nanofibra es alrededor de 10 mil veces más delgada que el cabello humano y están hechas de cientos de miles de moléculas llamadas péptidos que transmiten señales para promover la regeneración de los nervios.
La terapia fue inyectada en forma de gel al tejido alrededor de la médula espinal de los animales 24 horas después de haberles realizado una incisión en sus columnas.
El equipo decidió esperar un día porque los humanos que sufren heridas devastadoras en la médula por accidentes automovilísticos, disparos y otros motivos, también tardan en recibir tratamiento.
Cuatro semanas después, los ratones que recibieron el tratamiento recuperaron su habilidad de caminar casi tan bien como antes de la herida. Los que no lo recibieron, no.
El impacto del tratamiento a nivel celular fue luego evaluado por el equipo, que encontró impresionantes mejoras en la médula espinal.
Extensiones de neuronas llamadas axones se regeneraron y el tejido cicatrizante que puede actuar como una barrera física que impide ese proceso se vio disminuido de forma significativa.
Incluso una capa protectora de axones importante para la transmisión de las señales eléctricas se reformó, se formaron vasos sanguíneos para llevar nutrientes a las células heridas y sobrevivieron más neuronas motoras.
Un descubrimiento clave del equipo fue que crear una cierta mutación en las moléculas intensificaba los movimientos colectivos y mejoraba su eficacia.
Esto, debido a que los receptores en las neuronas están naturalmente en constante movimiento, sostuvo Stupp, y aumentar el de las moléculas terapéuticas con las nanofibras ayuda a conectarlas de forma más efectiva con sus objetivos en movimiento.
Los expertos incluso probaron dos versiones del tratamiento –una con la mutación y otra sin ella– y encontraron que los ratones que recibieron la versión modificada recuperaron más movilidad.