Ciudad de México. Empresas y ciudadanos mexicanos han enviado a cuentas bancarias de Estados Unidos 27 mil 750 millones de dólares desde que inició la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador; tendencia que aceleró el primer año de la crisis por la pandemia de coronavirus y que se mantiene hasta los datos más recientes publicados por la Reserva Federal (Fed).
Si bien los depósitos de mexicanos en cuentas de Estados Unidos se han disparado desde el inicio de 2019 hasta agosto del año en curso, el monto de dicha alza representa una cuarta parte de los 108 mil 708 millones de dólares de remesas que, prácticamente en el mismo periodo, han mandado a México los connacionales que trabajan en ese país.
De acuerdo con la Fed, el total de depósitos que la banca privada de ese país ha recibido desde el inicio de 2019 hasta agosto reciente aumentó 24.1 por ciento, por debajo del 38.3 por ciento que lo hicieron exclusivamente los de empresas y ciudadanos de México.
Al cierre de 2018, iniciada la administración de López Obrador, el ahorro de mexicanos depositado en Estados Unidos ascendía a 72 mil 530 millones de dólares. Al cierre del año pasado y luego de la tolvanera que levantó en los mercados internacionales la pandemia de coronavirus, estos recursos ya ascendían a 81 mil 901 millones de dólares. Es decir que en un bienio crecieron 12.9 por ciento.
No obstante, es en 2021 cuando esas cuentas de ahorros se inflan a mayor velocidad. Al corte de agosto había en ellas 100 mil 280 millones de dólares –prácticamente lo equivalente a la deuda de Petróleos Mexicanos y aún así menos que el saldo de remesas ya referido al corte de septiembre–, un incremento de 22.4 por ciento en apenas ocho meses.
Analistas financieros explicaron que hay varios factores que influyen en este traslado de capitales a Estados Unidos. El primero, y que es una realidad a nivel mundial, es la crisis de coronavirus y su estela de daños. Janeth Quiroz, subdirectora de análisis económico en Monex, detalló que dada la “fuerte incertidumbre” que caracteriza a esta coyuntura, hay una tendencia a sacar las inversiones financieras de los países emergentes.
Dada la alta volatilidad en los mercados internacionales, por destino obvio se tiene Estados Unidos, pues llevar el dinero a la economía más grande del mundo implica un menor riesgo. Además, en medio de la crisis, las bolsas de ese país han tenido varios máximos históricos, detalló.
Miedo a la reforma
A esos factores de coyuntura se suman otros más de “estructura”, pormenorizó James Salazar, subdirector de análisis económico de CIBanco. Para un sector de mexicanos es algo cotidiano guardar sus ahorros en varios países, se piensa que “quizá es más seguro”.
Se suma el hecho de que la inflación en Estados Unidos solía ser bastante más baja que en México –en octubre se igualaron en 6.2 por ciento anual–, lo que implica que el ahorro se erosiona menos. Pero más allá de esos factores casi tradicionales que pesan en ciertos grupos, ahora “hay un elemento adicional de incertidumbre interna”, explicó.
Por ejemplo, en 2018 cuando había ciertas dudas tras el triunfo electoral de López Obrador, muchos decidieron sacar su dinero, recordó el analista. Ahora la propuesta de reforma al sector eléctrico también puede generar “ciertos miedos entre inversionistas y (que éstos) decidan irse a bancos de Estados Unidos”.
Ambos economistas aseguran que esta tendencia cobrará mayor fuerza cuando la Fed aumente su tasa de interés.