El nuncio apostólico Franco Coppola, quien desde 2016 ocupó este cargo en México, informó ayer de su nombramiento en la misma posición en Bélgica a partir del año próximo, y dijo que se despedirá el 1º de enero con la misa que tradicionalmente se celebra en la Basílica de Guadalupe.
Por conducto de una carta enviada a los obispos mexicanos, el nuncio explicó que llegará a Bélgica a mediados de enero, luego de que en Roma haga entrega del trabajo realizado en México y permanecerá en el país lo que resta del año para terminar asuntos pendientes.
En abril pasado Coppola acudió a Aguililla, Michoacán, donde ofició una misa por la paz y contra la violencia e inseguridad, a la que asistieron unas 2 mil personas de las regiones de Tierra Caliente y Sierra, zona que decenas de familias han abandonado a causa de la violencia.
La Jornada reportó sobre esa visita que ese mismo día, el nuncio se reunió en privado con víctimas de la violencia en la región, quienes le relataron de las balaceras, enfrentamientos, cortes de la carretera sobre todo en el tramo Aguililla-Apatzingán y el desabasto de los productos básicos, ocasionado durante los primeros meses del año por los grupos delictivos que se disputan el territorio.
Antes de su visita a Michoacán, en una misa en la Basílica, Coppola lamentó la narcoviolencia que se vive en esa entidad. Rogelio Cabrera, presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano, y Alfonso Miranda, secretario general del organismo, consideraron como “valiente” la visita de Coppola a Aguililla.
Ayer, en la misiva explicó que en Roma este lunes se publicó su nombramiento como nuncio apostólico en Bélgica y dijo que tras cinco años de permanecer en México “salgo mucho más rico en fe y en humanidad de como llegué”. También agradeció a “todo el pueblo Santo de Dios que peregrina en México”.
Antes de su llegada a México, fue nombrado arzobispo titular de Vinda (en Túnez) y nuncio apostólico en Burundi en 2009, y en 2014 ocupó el mismo cargo en la República Centroafricana y en la República de Chad.