Miami. Alex Saab, empresario aliado del presidente venezolano, Nicolás Maduro, se declaró no culpable de conspirar para lavar dinero, de acuerdo con un documento judicial presentado ayer, en un caso que ha tensado las ya de por sí deterioradas relaciones entre Washington y Caracas.
Los fiscales estadunidenses acusan a Saab, nacido en Colombia y negociador del gobierno de Maduro, de desviar unos 350 millones de dólares de Venezuela a través de Estados Unidos, como parte de un esquema de soborno vinculado al tipo de cambio controlado por el Estado de la república bolivariana.
Pero este mes, los fiscales pidieron que se retiraran siete de los ocho cargos en la acusación inicial de 2019 para cumplir con las garantías que hicieron los funcionarios estadunidenses al solicitar la extradición de Saab de Cabo Verde, donde fue detenido el año pasado al hacer una escala técnica en un vuelo.
El abogado de Saab, Neil Schuster, no respondió a las llamadas de la prensa en busca de comentarios.
El cargo de conspiración para cometer blanqueo de capitales conlleva una pena máxima de 20 años de prisión.
Los aliados de Maduro consideran que la persecución de Washington sobre Saab es parte de una “guerra económica” contra Venezuela. Dicen que a Saab se le había otorgado la ciudadanía venezolana y fue nombrado diplomático para negociar la ayuda y los envíos de combustible desde Irán.
Su extradición se basó en promesas de que sólo sería acusado de un cargo para cumplir con las leyes de Cabo Verde, indicaron los fiscales.
El mes pasado, el gobierno de Maduro suspendió las negociaciones con la oposición en respuesta a la extradición de Saab.