El Banco de México (BdeM) seguirá aumentando su tasa de referencia de manera gradual, a fin de tener cierto margen de maniobra para cuando la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos empiece a retirar el estímulo monetario. Esta tendencia va de la mano de una actividad económica que no se recupera del todo, por lo que la política monetaria cursa por una “cuerda floja, y en los dos lados hay un abismo”, explicaron especialistas.
El jueves pasado y con una votación dividida, el BdeM decidió elevar por cuarta ocasión consecutiva su tasa de interés, para ubicarla en 5 por ciento. Entre los argumentos de la mayoría de los subgobernadores se advierte que la inflación cerrará en 6.8 por ciento este año, similar a la que resultó en 2017, cuando se liberó el precio de las gasolinas.
Jessica Roldán, directora de análisis económico de Finamex Casa de Bolsa, calcula que el BdeM subirá su tasa de referencia otro cuarto de punto en diciembre, a 5.25 por ciento, de tal manera que el precio del dinero no aumente de manera temprana si todavía falta que la Fed arranque su alza de réditos, los cuales están en mínimos históricos.
“La autoridad monetaria mexicana quiere anclar las expectativas de inflación y dar dosis de política monetaria de manera gradual, mientras las tasas aún siguen siendo flexibles y acomodaticias. Esto, de tal manera que no se perjudique el crecimiento económico, quede margen para cuando la Fed anuncie que subirá tasas, México no pierda competitividad en inversión y, a la vez, se sigan aminorando las presiones inflacionarias”, consideró Roldán.
Eduardo Suárez, vicepresidente de análisis económico para América Latina de Scotiabank, reconoció que hay un problema de inflación, ya no sólo provocado por choques de oferta, también hay contaminación en el proceso de precios seguido por las empresas. “Además, la demanda interna se recupera, por lo que conviene subir las tasas”, acotó.
“Nosotros no veíamos un alza de 0.50 por ciento pues el crecimiento económico del tercer trimestre se debilitó. El BdeM está caminando en una cuerda floja, y en los dos lados hay un abismo”, consideró.
Para Marco Oviedo, analista económico independiente, el riesgo más relevante para el banco central es que la Fed considere que va detrás (en el aumento de tasas), y que a inicios de 2022 mande la señal de que va a subir antes y más rápido.
“Entonces, la reacción de los mercados puede ser más que violenta, por lo que es bueno que en México “se vaya a un ritmo semi-lento. Hay que guardar las balas”, aseguró.