Hace un año Lourdes Juárez cobró verdadera distancia respecto de la sombra de su hermana, la pionera del boxeo femenil Mariana Barby Juárez. Fue una sorpresa la manera como conquistó el cinturón supermosca del Consejo Mundial de Boxeo. No tanto por la irrupción, sino porque lo hizo con un dominio y una destreza nunca antes mostrada.
El 12 diciembre de 2020 conquistó el título y el viernes pasado celebró con una defensa ante Luz Aguilar. Cada que sube al cuadrilátero constata que se separa un tramo y gana independencia ante el nombre de la Barby.
“Ojalá haga al menos una mínima parte de lo que hizo mi hermana”, comenta Lourdes; “en cada una de mis peleas, ella está en la preparación y en la esquina durante el combate. No me pesa su presencia, ella ha sido importante en todos los sentidos, pero hoy tengo experiencia y mi voz es tomada en cuenta en el equipo”.
La evolución de Lourdes se percibe en un estilo dinámico y atlético, con buena técnica y mucha plasticidad. Hay quien incluso prefiere ese modo de pelear que el de su hermana.
“He aprendido bien”, expresa la pugilista con un tono que demuestra sencillez; “creo que se debe a que me lo tomé muy en serio, a pesar de que empecé tarde en este deporte. Puse mucho empeño, y soy de la idea que cada día que voy al gimnasio voy a perfeccionar algo, pero también a aprender algo nuevo. Me falta todavía mucho”.
Si ha lucido tanto desde que ganó el título hace un año, piensa que también se debe a que no sólo trabaja la parte técnica en el gimnasio. Hoy, señala convencida, el boxeo también es un oficio de estrategias, donde quien mejor estudia y diseña planes de combate, sale mejor librado.
“Estudio a cada rival muy bien en video”, comparte; “no me gusta llegar a ciegas con nadie. Uno ve lo que tienen, sus mejores habilidades y también sus fallas. No es que me confíe, pero así es mejor que entrenar sin saber quién estará al frente”.
Por eso considera que el trabajo de su hermana seguirá siendo muy útil, porque junto al equipo analizan y se plantean estrategias. Lourdes ahora quiere buscar retos de mayor calado. Uno de ellos sería unificar ante otras campeonas. Pero también le seduce la idea de regresar a una división menor, la mosca, aunque en el oficio algunos consideran que el desarrollo implica subir de peso.
“Me gustaría también porque ahí reina Marlén Esparza, una gran peleadora que está dando mucho de qué hablar. Ese tipo de retos son los que quiero en adelante.”