La apremiante situación económica, los conflictos por la disputa de tierras y la confrontación política en varias regiones indígenas del país son aprovechados por al menos seis dirigentes del comercio ambulante para “inducir un gradual y sistemático desplazamiento migratorio a la Ciudad de México”, denunció Sofia Dinorah Trejo, líder de la Unión de Marchantes en Movimiento AC.
En entrevista advirtió que de “forma organizada e inducida, dichos dirigentes facilitan los procesos de credencialización y eventual estancia en la capital del país para integrarlos a los programas sociales de vivienda y espacios en la vía pública para vender artesanías”.
Sin embargo, muy pocos son artesanos de verdad; la mayoría de esas artesanías “no son auténticas, se compran por mayoreo en algunos establecimientos del Centro Histórico, lo que ha provocado que se sature el mercado y la chatarrización de la artesanía”, indicó.
De acuerdo con la lideresa de los comerciantes en vía pública reubicados en la Plaza de la Solidaridad hace varios años, “en los años recientes se ha detonado un esquema de movilización, presión y chantaje en el que un conjunto de personas, con no más apoyo que el de sus familias, se dedican a lucrar con las demandas legítimas de los participantes, pero uno de los objetivos principales es obtener lugares para la venta de artesanías en sitios patrimoniales y de alta afluencia de paseantes y turistas”.
Aunque las autoridades capitalinas “les han asignado de forma permanente las plazas de Santo Domingo, Las Tres Culturas, Garibaldi, Vizcaínas, Pino Suárez, el Monumento a la Revolución, Paseo de la Reforma, las explanadas de las estaciones Insurgentes, Pino Suárez y Tlatelolco del Metro, así como el Caballito y Bucareli, nada les es suficiente”.
Esto, a pesar de que en ningún caso “los dirigentes cuentan con antecedentes originales de la ocupación, años atrás, o la liberación de áreas prohibidas del perímetro A o B del Centro Histórico o de cualquier otro sitio de la ciudad”.
Indicó que éstos “surgieron ex profeso a partir de un padrón de supuestos líderes independientes registrados ante la Secretaría de Pueblos Indígenas hace 11 años en la llamada Fiesta de las Culturas”.